En medio de la persistente ofensiva militar en Gaza, miles de ciudadanos israelíes han salido a las calles en diversas ciudades, expresando su descontento y exigiendo un alto el fuego, así como la liberación de rehenes mantenidos por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
En Tel Aviv, epicentro de las manifestaciones, cientos de personas se congregaron el pasado sábado, responsabilizando al primer ministro Benjamin Netanyahu por la crisis en Gaza. El clamor de «¡Elecciones ya!» resonó en las calles, reflejando el llamado a un cambio político inmediato. Las consignas apuntaban directamente a Netanyahu, acusándolo de ser la causa principal de la situación en Gaza.
A lo largo del sábado, Haifa y Beersheba también fueron testigos de protestas, evidenciando un descontento generalizado en distintas regiones del país. En Cesarea, frente a la residencia de Netanyahu, el descontento alcanzó su punto álgido, subrayando la caída de su popularidad desde el inicio del conflicto armado.
En Jerusalén, una marcha convocada por familiares de los rehenes atrajo a más de 15,000 personas, quienes llegaron a la ciudad como parte de su «Marcha por la Unidad». Esta marcha, iniciada en el kibbutz de Reim, tenía como objetivo reclamar la liberación de sus seres queridos. Líderes políticos, incluido el ex primer ministro Yair Lapid, se unieron a la causa, denunciando la aparente incapacidad del gabinete de guerra de Netanyahu para lograr la liberación de los 134 rehenes en Gaza.
Lapid expresó su frustración ante la situación, declarando a ‘Times of Israel’: «Nos preguntan si estamos haciendo lo suficiente, y la respuesta es no». Criticó la falta de avances significativos y llamó a la acción, indicando que el país no puede aceptar la idea de que los rehenes no regresarán. Su participación resalta la creciente presión sobre el liderazgo actual y la necesidad de respuestas más efectivas.
Las cifras oficiales provenientes de las autoridades gazatíes pintan un sombrío panorama, con más de 30,000 personas fallecidas y más de 71,000 heridas desde el inicio de la ofensiva en octubre pasado. Estos números refuerzan la urgencia de un alto el fuego y una solución diplomática para poner fin a la devastación en la región.
Las manifestaciones en Israel reflejan la creciente insatisfacción de la población con la gestión del conflicto en Gaza. La demanda de un cambio político y la presión sobre el gobierno para asegurar la liberación de rehenes marcan un momento crucial en la historia reciente de Israel, donde la paz y la estabilidad se han vuelto imperativas para el bienestar de la nación y la región en su conjunto.