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El primer ministro de Francia, Michel Barnier, se someterá este miércoles a las 16:00 horas a un intenso debate parlamentario que podría sellar el destino de su gobierno. Dos mociones de censura están sobre la mesa: una impulsada por la alianza de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP) y otra presentada por el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen. La posibilidad de que ambas fuerzas unan fuerzas para destituir al Ejecutivo plantea un escenario de incertidumbre total, que Barnier ha descrito como un salto hacia “lo desconocido”.
Escenario 1: La abstención de Le Pen
Aunque improbable, existe la posibilidad de que el RN opte por abstenerse en la votación de la moción de la izquierda. Este gesto, fruto de intensas negociaciones, podría permitir a Barnier mantenerse en el cargo y continuar gestionando los presupuestos. Sin embargo, su margen de maniobra sería extremadamente limitado, ya que cualquier decisión podría enfrentarlo nuevamente a una crisis política.
Para lograr este escenario, el primer ministro tendría que ceder a las exigencias de la derecha radical, como la revalorización de las pensiones según el IPC desde enero. No obstante, su cálculo inicial, confiando en que Le Pen no apoyaría a la izquierda, ha resultado un error político histórico que complica aún más las conversaciones.
Escenario 2: La caída del gobierno
El desenlace más probable es que Barnier pierda la votación de la primera moción de censura. Para ello, se necesitan 289 votos, una cifra que la izquierda (182) y el RN (143) podrían alcanzar fácilmente si no hay disidencias. Aunque la derecha parece alineada, algunos diputados socialistas han mostrado reservas, generando dudas sobre la cohesión del bloque progresista.
En un intento desesperado, aliados de Barnier han tratado de persuadir a estos parlamentarios indecisos en las últimas horas. A pesar de discusiones informales entre socialistas y macronistas, el grupo liderado por Olivier Faure parece firme en su decisión de apoyar la censura, lo que sellaría el destino del primer ministro.
Escenario 3: Un «Barnier 2.0»
Si Barnier pierde la moción, una opción, aunque poco probable, sería que el presidente Emmanuel Macron lo designe nuevamente como primer ministro, siguiendo el precedente de Georges Pompidou en 1962. Sin embargo, la relación deteriorada entre ambos líderes dificulta esta posibilidad.
Macron, centrado en asuntos internacionales, ha mantenido una distancia notable respecto a la política doméstica, lo que ha erosionado la comunicación y la confianza mutuas. Incluso se dice que el presidente supo del riesgo de censura mientras volaba hacia Riad. Si Barnier cae, podría continuar como interino hasta que se nombre un sucesor, posiblemente hasta 2025, gestionando incluso los presupuestos a través de leyes especiales.
Escenario 4: Un nuevo liderazgo
La alternativa más clara es un relevo inmediato. Macron ya estaría considerando nombres para liderar un nuevo gobierno capaz de calmar las aguas. Entre los posibles candidatos figuran Thierry Breton, François Bayrou y el actual ministro del Interior, Bruno Retailleau. Sin embargo, encontrar un consenso rápido no es tarea sencilla, y algunos analistas no descartan la formación de un gobierno técnico, una solución que, aunque viable, podría fortalecer indirectamente a la ultraderecha, como ocurrió en Italia en situaciones similares.