Generalmente, las bombas se lanzan desde vehículos aéreos, pero la compañía estadounidense Raytheon está desarrollando un innovador sistema que permite lanzar bombas de pequeño diámetro desde el suelo, lo que brinda a las tropas la capacidad de realizar bombardeos de precisión sin la necesidad de apoyo aéreo.
Según la web de noticias militares Army Recognition, Jon Norman, representante de Raytheon, detalló que la empresa trabaja en la integración de propulsores tipo cohete o de respiración aérea en la bomba, garantizando así su funcionamiento seguro y protegiendo a los pilotos de posibles amenazas. La versión lanzada desde tierra tiene como objetivo incrementar la flexibilidad táctica de la bomba GBU-53/B Storm Breaker cuando se despliega en operaciones terrestres.
La GBU-53/B Storm Breaker, también conocida como Bomba de Pequeño Diámetro (SDB-II), es una bomba guiada de precisión, lanzada desde el aire y desarrollada por Raytheon. Con un peso de 93 kilogramos, una longitud de 1,76 metros y un diámetro de 15 a 18 centímetros, esta bomba posee un sistema de guía multimodo que incluye radar de ondas milimétricas, imágenes infrarrojas no refrigeradas y un láser digital semiactivo. Además, su sistema de navegación permite la actualización de los objetivos en tiempo real a través de enlaces de comunicación Link-16 o UHF.
Por otro lado, el Storm Breaker emplea la tecnología TacNet Data Link (DL), que facilita la cooperación entre las armas. Este sistema ayuda al Reconocimiento Automático de Objetivos (ATR) para identificar vehículos con orugas o ruedas, permitiendo que las armas prioricen objetivos al comunicarse entre sí.
El informe indica que la versión lanzada desde tierra refuerza las capacidades de las fuerzas terrestres al permitirles llevar a cabo ataques de precisión de forma autónoma. Con un alcance de hasta 111 kilómetros para objetivos estacionarios y hasta 74 kilómetros para objetivos en movimiento, esta versión es especialmente útil cuando no se dispone de apoyo aéreo o cuando se requiere garantizar la seguridad de los pilotos. Raytheon planea realizar pruebas de rendimiento y adaptabilidad de esta bomba lanzada desde tierra durante el verano.
El Storm Breaker comenzó sus pruebas operativas en 2018 y se integrará en los cazas F/A-18E/F Super Hornet para finales de 2023. Además, se ha previsto su incorporación en aeronaves como el F-15E, el F-16 y el F-22 en 2022, con planes para incluirlo también en varios modelos de F-35. En enero de este año, Estados Unidos amplió los pedidos de producción en 360 unidades, con entregas programadas hasta julio de 2028, y ya se han entregado miles de bombas a Australia.