La tensión en el este de la República Democrática del Congo ha escalado a un nuevo nivel, con Ruanda afirmando el viernes que posee pruebas de un intento de ataque de gran envergadura dirigido contra su territorio por parte de Kinshasa. Al mismo tiempo, Kigali ha negado rotundamente estar fomentando el conflicto dentro de las fronteras de su vecino.
La situación en la región sigue deteriorándose mientras el grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda según diversas fuentes internacionales, ha tomado la capital regional, Goma, y continúa avanzando en territorio congoleño. La violencia ha dejado miles de muertos y ha provocado el desplazamiento de cientos de miles de personas, generando una crisis humanitaria de gran magnitud.
Durante una reunión de emergencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, el embajador de Ruanda ante la organización, James Ngango, rechazó las acusaciones de Kinshasa.
“Nos oponemos categóricamente a los intentos de la República Democrática del Congo de presentar a Ruanda como responsable de su inestabilidad en el este del Congo”, afirmó Ngango.
Además, alertó sobre una “amenaza inminente” para Ruanda, asegurando que se han descubierto pruebas de un inminente ataque a gran escala contra su país. Según sus declaraciones, Kinshasa y sus aliados habrían almacenado armas en el aeropuerto de Goma y sus alrededores, incluyendo cohetes, drones kamikaze y artillería pesada.
Escalada del conflicto en el este del Congo
Sin embargo, el gobierno congoleño desestimó categóricamente estas acusaciones. “Ruanda está construyendo, como siempre lo hace, un imperio de mentiras”, declaró el ministro de Comercio Exterior del Congo, Julien Paluku. “Son discursos que pretenden llamar la atención, cuando son ellos los que están cometiendo graves violaciones de los derechos humanos”.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, advirtió que lo peor podría estar por venir en la creciente crisis del este del Congo. Durante la misma reunión de emergencia en Ginebra, alertó sobre un aumento de abusos, incluyendo violaciones y esclavitud sexual.
“Si no se hace nada, lo peor puede estar por venir, para la población del este de la República Democrática del Congo, pero también más allá de las fronteras del país”, afirmó Turk, instando a la comunidad internacional a intervenir con urgencia.
La reunión también sirvió para que el gobierno congoleño solicitara formalmente la creación de una Misión de Investigación de Naciones Unidas sobre los abusos en el este del país. La propuesta fue adoptada por consenso, a pesar de la oposición única de Ruanda, según un memorando interno de la ONU citado por la agencia Reuters.
