Rusia ha ordenado la expulsión de otros dos diplomáticos británicos, según informó la agencia de noticias AFP el lunes, citando al servicio secreto ruso FSB. La decisión afecta al segundo secretario de la embajada británica y al esposo de la primera secretaria. De acuerdo con la BBC, ambos tienen un plazo de dos semanas para abandonar el país, y sus credenciales diplomáticas ya han sido retiradas.
Acusaciones de subversión y recopilación de información sensible
Las autoridades rusas acusan a los diplomáticos de estar involucrados en actividades de “inteligencia y trabajo subversivo”. En consecuencia, un representante de la embajada británica en Moscú también fue convocado al Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores del Reino Unido ha rechazado estas acusaciones, señalando que “esta no es la primera vez que Rusia lanza acusaciones maliciosas e infundadas contra nuestros empleados”, según la BBC.
La expulsión de diplomáticos británicos no es un hecho aislado. El año pasado, Rusia expulsó a siete diplomáticos británicos bajo la acusación de espionaje, aunque Gran Bretaña negó las acusaciones. Además, el mes pasado, el gobierno británico tomó represalias contra Rusia expulsando a un diplomático ruso en respuesta a la expulsión de un diplomático británico en noviembre de 2024.
Las relaciones entre ambos países se han caracterizado por la tensión durante varios años, con Gran Bretaña acusando a Moscú de haber asesinado al ex agente secreto ruso y crítico del Kremlin, Alexander Litvinenko, en 2006, mediante un envenenamiento. En 2018, el Reino Unido y sus aliados expulsaron a decenas de diplomáticos rusos, a quienes acusaron de estar implicados en el ataque con el agente nervioso Novichok contra el exagente doble ruso Sergei Skripal en Salisbury.
En otro contexto, el primer ministro británico, Keir Starmer, ha reafirmado el compromiso de su país con el apoyo a Ucrania. A principios de marzo, Starmer anunció que Gran Bretaña, junto con otros aliados, formaría una “coalición de los dispuestos” para respaldar a Ucrania tras un posible alto el fuego con Rusia. Esta declaración se produjo en un momento en que el gobierno de Estados Unidos suspendió la ayuda militar a Ucrania la semana pasada, al mismo tiempo que anunciaba que ya no compartiría más información de inteligencia con el país.