Vladimir Putin ha jurado su quinto mandato como presidente de Rusia en una ceremonia solemne celebrada este martes, la cual ha pasado desapercibida para Occidente. En un escenario donde los líderes notables de la oposición se encuentran muertos, exiliados o encarcelados, la atención se ha centrado en el culto a la personalidad en torno a Putin. Durante su discurso en el Gran Palacio del Kremlin, se presentó como el único líder político capaz de guiar a Rusia en un período turbulento marcado por la guerra en Ucrania y el cambio político hacia Asia.
Declaraciones del mandatario ruso
«Ustedes, ciudadanos de Rusia, han confirmado que el rumbo del país es correcto«, expresó Putin durante su alocución, recibiendo aplausos por parte de las élites políticas leales presentes. Putin aseguró que Rusia no rechaza un «diálogo» con las potencias occidentales, pero señaló que depende de ellas. En respuesta a lo que describió como «declaraciones amenazantes» de líderes occidentales sobre un posible envío de tropas a Ucrania, Moscú ordenó ejercicios nucleares el lunes.
Una victoria esperada
Las elecciones de marzo, en las cuales no hubo candidaturas disidentes, otorgaron a Putin una victoria abrumadora. Sin embargo, el Parlamento Europeo denunció en abril que estas elecciones no fueron «ni libres ni justas», calificando sus resultados de «ilegítimos». Si Putin, de 71 años, completa su mandato en 2030, habrá permanecido en el poder durante 30 años, convirtiéndose en el líder del Kremlin con más tiempo en el cargo desde Joseph Stalin.
La Unión Europea estuvo presente
El evento de la toma de posesión no contó con representación de EE.UU., aunque algunos países de la UE estuvieron presentes, a pesar de que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, aconsejó a los países miembros que evitaran asistir. Putin se encuentra en una posición aparentemente más fuerte ahora, ya que sus tropas han logrado avanzar cerca de Avdiivka en el este de Ucrania.
Una unidad cuestionable
A pesar del intento de mostrar unidad durante la ceremonia, persiste el recuerdo del motín abortado del líder de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, el año pasado, lo que sugiere que los fundamentos del gobierno de Putin podrían no ser tan sólidos como él quisiera. La economía rusa ha mostrado adaptarse en el corto plazo, pero la inflación persiste, principalmente debido al peso del gasto militar en el presupuesto y a las sanciones occidentales. Putin busca virar la economía rusa hacia el mercado asiático, pero esto requeriría infraestructuras pesadas de larga construcción.