Imagen: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención en el debate general de la Asamblea de la ONU. EFE/EPA/ Olga Fedorova
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha pronunciado este miércoles su discurso en el debate general del 79 período de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU). En él, ha alertado de la “máxima gravedad” que supone la escalada del conflicto en Oriente Medio y su extensión en Líbano, donde Israel prepara ya un ataque terrestre tras los bombardeos de los últimos días.
De igual manera, ha hecho un llamamiento al alto al fuego y el impulso de los dos Estados para poner fin al conflicto entre Israel y Palestina. Además, ha pedido el fin de la ocupación ilegal de los territorios palestinos por parte de Israel, tal y como ha dictaminado la Corte Internacional de Justicia. «Debe terminar inmediatamente», ha señalado.
Sánchez lanza un mensaje sobre la lucha contra la desinformación y los bulos
El presidente del Gobierno ha lanzado también un mensaje duro sobre uno de los asuntos centrales en los últimos meses: la lucha contra la desinformación, los bulos y el auge de la derecha radical en buena parte del mundo occidental. Sánchez ha hablado en términos muy explícitos que no había usado hasta ahora en la ONU, sobre los riesgos que corre la democracia.
“El mundo se enfrenta a un riesgo real de retroceso de la democracia”, ha arrancado el presidente. “Derechos que se creían consolidados son hoy cuestionados o revertidos. Una agenda reaccionaria global se abre paso al calor de la desconfianza en las instituciones, la polarización y la reivindicación de un pasado inventado, tan falso como sus proclamas”, ha insistido.
“La democracia libra una batalla por su supervivencia. Y, seamos claros: no deja de ceder terreno ante sus enemigos”, ha analizado. Pero sobre todo, Sánchez cree que los demócratas deben rearmarse para enfrentarse a esta amenaza y buscar nuevas soluciones.
“La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano atada a la espalda. Porque se enfrenta a gente sin escrúpulos: activistas de la mentira, los bulos y el odio, dispuestos a partir en dos las sociedades para imponer su agenda regresiva. Es indispensable levantar un escudo que proteja las instituciones democráticas de quienes buscan socavarlas deliberadamente. Ya no basta con proclamar la superioridad moral de la democracia. Es necesario reconocer errores y trabajar por su regeneración interna, por ejemplo, reforzando la transparencia y la rendición de cuentas. Y haciendo que los ciudadanos sientan la democracia como algo cercano, como algo propio, como algo vivo”.