A dos semanas de las elecciones, el canciller alemán Olaf Scholz protagonizó un intenso cara a cara con su principal rival, Friedrich Merz, líder de la CDU y favorito en los sondeos. El encuentro televisado en la cadena pública ARD giró en torno a la política migratoria, un tema clave en la campaña electoral.
Scholz defendó su gestión asegurando que su Gobierno ha rechazado a 40.000 migrantes irregulares en las fronteras y que la llegada de inmigrantes en 2024 se redujo en un tercio. Destacó además la pronta entrada en vigor del pacto europeo de migración y asilo, que permitirá devolver a solicitantes de asilo afganos y sirios a los países europeos de ingreso.
“Las devoluciones que podíamos hacer legalmente las hemos hecho, lo que usted propone contradice el derecho europeo y la Constitución alemana”, espetó el canciller a Merz, quien aboga por cerrar las fronteras terrestres también a los solicitantes de asilo. Scholz advirtió sobre los riesgos de que Alemania incumpla las normativas europeas en este último tramo antes de implementar una solución comunitaria.
El líder conservador no tardó en contraatacar, argumentando que durante la legislatura de Scholz han ingresado dos millones de migrantes irregulares, incluyendo 240.000 solo en el último año. Aseguró que la cifra es “demasiado” y acusó a los socios de coalición verdes de obstaculizar las deportaciones y devoluciones dentro de la Unión Europea.
Merz también recurrió a un trágico incidente reciente en Aschaffenburg, donde un afgano mató a un niño y a un adulto con un cuchillo, para subrayar la urgencia de adoptar medidas más drásticas. “No es compatible con mi conciencia esperar y no actuar”, declaró, reforzando su postura de endurecer las políticas migratorias.
El debate también se centró en la postura de Merz respecto a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Scholz acusó a su rival de “romper un tabú” al aceptar los votos de AfD en recientes votaciones parlamentarias, después de haber prometido que no lo haría.
“Nadie puede estar seguro de qué puede pasar si las cosas se ponen de nuevo difíciles”, dijo el canciller, insinuando que Merz podría reconsiderar su compromiso de no formar coalición con AfD. Aunque el líder conservador intentó justificarse, terminó admitiendo que su estrategia parece estar funcionando, ya que su partido ha subido un punto en los últimos sondeos, situándose en torno al 29-30 %.