Imagen: John Holden, presidente del sindicato de trabajadores de Boeing-AP
Justo en la víspera de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y tras siete semanas de huelga, los trabajadores de Boeing ratificaron la propuesta presentada por la empresa, que además de una subida de sueldos del 43,65% en cuatro años contempla otras concesiones laborales. La huelga ha finalizado, aunque no la crisis de Boeing.
Claves del acuerdo
Alrededor del 59% de los miembros de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales, el sindicato que representa a los cerca de 33.000 trabajadores en huelga, votaron a favor del acuerdo, que incluye mayores cotizaciones para la jubilación, bonus, mejoras en seguridad laboral, en planes de incapacidad laboral y en cobertura sanitaria. En este sentido, ha desempeñado un papel clave la secretaria de Trabajo del gobierno de Joe Biden, Julie Su, tal como lo ha confirmado el propio sindicato.
“Los trabajadores saben lo que es que una empresa se extralimite y se lleve más de lo que es justo”, han señalado a través de un comunicado Jon Holden y Brandon Bryant, los líderes del sindicato. “Con esta huelga y la victoria resultante, los trabajadores de primera línea de Boeing han puesto de su parte para empezar a reequilibrar la balanza a favor de la clase media y, al hacerlo, esperamos inspirar a otros trabajadores de nuestra industria y de otros sectores para que sigan defendiendo la justicia en el trabajo”, añadieron. Los trabajadores empezarán a regresar a las fábricas de Washington, Oregón y California que estaban paralizadas a partir del miércoles.
Boeing lanzó la semana pasada una enorme ampliación de capital con la que captó unos 23.000 millones de dólares para dar oxígeno a sus maltrechas finanzas, evitando que su calificación caiga al nivel de bono basura. La empresa sufrió pérdidas de 6.174 millones de dólares en el tercer trimestre, en línea con lo que había anticipado al anunciar un plan de ajuste que incluía un recorte de plantilla del 10%.
El nuevo presidente y consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, trasladó un mensaje de confianza en el futuro al presentar los resultados: “Tenemos mucho trabajo por hacer, tenemos un plan y el cambio ya está en marcha. Este es un gran barco que tardará algún tiempo en virar, pero cuando lo haga, tendrá la capacidad de volver a ser grande”.
El directivo expuso también sus prioridades: primero, un cambio cultural fundamental en la empresa; segundo, estabilizar el negocio; tercero, mejorar la disciplina de ejecución en los nuevos compromisos de toda la empresa, y cuarto, “construir un nuevo futuro para Boeing”. Poner fin a la huelga era la condición necesaria para empezar a avanzar en ese camino. Aunque Ortberg ha tenido que hacer concesiones importantes a los trabajadores, ahora puede poner en marcha sus planes.