La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su esperanza de que el país logre salir bien parado ante la inminente imposición de aranceles del 25% sobre las exportaciones a Estados Unidos, una medida que ha anunciado el expresidente y ahora candidato republicano Donald Trump. La decisión se hará oficial el próximo 2 de abril, y aunque el Gobierno mexicano ha hecho gestiones para evitarla, el escenario sigue siendo incierto.
Durante su conferencia matutina, Sheinbaum aseguró que México se encuentra en “una situación especial” gracias al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que podría servir como protección frente a la decisión de Washington.
Gestiones diplomáticas sin garantías de éxito
Sheinbaum ha explicado que su administración ha trabajado “por todos los medios” para impedir la imposición de estos aranceles. En este sentido, ha destacado los esfuerzos del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, quien ha mantenido múltiples reuniones con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick, secretario de Comercio de EE.UU.
A pesar de estos intentos, Sheinbaum ha reconocido que la decisión final recae exclusivamente en el Gobierno de Estados Unidos, lo que deja a México en una posición de espera. “Hemos hecho todo lo que está en nuestras manos”, subrayó la mandataria, dejando claro que, si se confirman los aranceles, su administración actuará en consecuencia.
La presidenta mexicana no descartó la posibilidad de recurrir a organismos internacionales en caso de que las nuevas tarifas impuestas por Trump afecten significativamente a la economía mexicana. “Si una decisión nos afecta de forma particular, tomaremos medidas, y eso lo sabe todo el mundo”, advirtió.
Además, Sheinbaum señaló que, a diferencia de ocasiones anteriores en las que se ha hablado de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas, en esta nueva oportunidad muchos otros países están atentos a las acciones de EE.UU., lo que podría derivar en una respuesta coordinada a nivel global.
El T-MEC, un posible salvavidas
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es visto por el Gobierno mexicano como la principal herramienta para evitar que las exportaciones sufran el impacto de los aranceles. Sin embargo, aún no está claro si el acuerdo logrará frenar las medidas de Trump o si México tendrá que negociar nuevas concesiones con Washington.
Por ahora, el Gobierno de Sheinbaum se mantiene a la expectativa, confiando en que el tratado comercial sirva de escudo frente a una nueva guerra arancelaria. Mientras tanto, las empresas exportadoras y el sector industrial mexicano aguardan con incertidumbre la fecha límite del 2 de abril.