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El primer ministro británico, Keir Starmer, visita hoy la Casa Blanca por segunda vez desde que asumió el cargo hace poco más de dos meses. Este encuentro, que sigue a la reunión paralela a la cumbre de la OTAN en julio, subraya la relación especial entre Estados Unidos y el Reino Unido. Según un portavoz de la Casa Blanca, en esta ocasión se abordará una «amplia agenda», destacando dos temas centrales: la guerra en Gaza y el conflicto en Ucrania.
Gaza y Ucrania en el centro del debate
En cuanto a la situación en Gaza, Londres ha tomado una posición firme al vetar la venta de ciertas armas a Israel, una medida que Washington ha respetado. Mientras tanto, la conversación sobre Ucrania gira en torno a la posibilidad de permitir a Kiev el uso de misiles occidentales para atacar a Rusia más allá de la frontera con Ucrania, una decisión que preocupa a ambas naciones por el riesgo de una escalada.
Debate sobre misiles de largo alcance
Ucrania ha solicitado permiso para utilizar misiles occidentales de largo alcance para atacar bases rusas desde las que se lanzan bombardeos contra su territorio. Estados Unidos, hasta ahora, ha limitado el uso de sus armas a un radio de 100 kilómetros, pero el aumento reciente de ataques rusos ha vuelto a poner el tema en la agenda de discusión.
En un discurso reciente, Zelenski afirmó que, en solo una semana, Rusia había utilizado más de 800 bombas aéreas guiadas y casi 300 drones contra Ucrania. Ante esta situación, el ucraniano pidió golpear aeródromos y bases militares rusas para frenar el «terror» que vive su país. Un grupo de expertos y exmilitares británicos y estadounidenses ha respaldado la idea de permitir a Ucrania el uso de misiles de largo alcance, argumentando que es más efectivo «destruir al arquero que a la flecha».
Visión británica sobre Gaza y la relación con Israel
Otro punto clave de la reunión será la suspensión de licencias de exportación de armas a Israel por parte del Reino Unido. Starmer explicó en una reciente entrevista que su Gobierno tomó esta decisión en consulta con Washington, y destacó que, aunque ambos países tienen sistemas legales diferentes, la Casa Blanca ha respetado la medida.
A pesar de las diferencias, John Kirby, portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, subrayó que no se trata de presionar al Reino Unido para que cambie su postura, sino de avanzar juntos como aliados y amigos en temas de política exterior.
Una visita estratégica en un momento crucial
La visita de Starmer llega en los últimos meses del mandato de Joe Biden, quien enfrenta un panorama electoral incierto en Estados Unidos. Aunque el primer ministro ha apoyado al presidente estadounidense en momentos de críticas, especialmente respecto a su capacidad para postularse nuevamente, no ha ocultado su alivio tras el reciente cambio de candidata demócrata, Kamala Harris. Londres, sin embargo, mantiene su política de no intervenir en la política interna de Estados Unidos, priorizando la estabilidad de su relación especial.