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Sudán, a un año del estallido de la guerra civil, se enfrenta a una crisis humanitaria de proporciones alarmantes. A pesar de los esfuerzos de las agencias, la ayuda llega de forma insuficiente debido a las trabas impuestas por las partes enfrentadas en el conflicto, que han aumentado en los últimos meses.
Una crisis alimentaria
Actualmente, se estima que más de 25 millones de personas, incluyendo a más de 14 millones de niños, necesitan ayuda urgente en Sudán. La crisis alimentaria es especialmente grave, con al menos 18 millones de sudaneses enfrentándose a niveles agudos de hambre, y la declaración de una hambruna parece inevitable. La guerra ha provocado una gran crisis de desplazados internos, con 6,5 millones de personas buscando refugio dentro del país, además de los dos millones que han huido al extranjero. Además, la infraestructura crítica nacional ha sido devastada, con el 65% de la población sin acceso a atención médica.
Falta de financiación
A pesar de la magnitud de la crisis, la respuesta humanitaria se ve limitada por la falta de financiación y los obstáculos impuestos por las partes en conflicto. La comunidad internacional ha financiado solo alrededor del 6% del plan de respuesta de la ONU hasta ahora. Además, las acciones criminales y los obstáculos logísticos y burocráticos impuestos por las partes beligerantes dificultan aún más la distribución de ayuda.
Los militares bloquean la ayuda
La situación se ve agravada por la falta de acceso seguro y sin trabas a las zonas afectadas. Las autoridades militares han impedido el acceso de la ayuda humanitaria a las zonas controladas por las fuerzas paramilitares, lo que viola el derecho internacional humanitario y puede considerarse un crimen de guerra.
Intento de abrir rutas humanitarias
A pesar de los intentos de apertura de rutas humanitarias por parte del Gobierno de Sudán, la distribución de suministros sigue siendo un desafío. Las nuevas rutas propuestas están todas ubicadas en territorio controlado por el ejército, lo que dificulta el acceso a las áreas más afectadas por el conflicto.
La coordinación de la ayuda de emergencia también se ve obstaculizada por los apagones de internet y telefonía que han afectado a muchas zonas del país desde principios de febrero. Estos apagones han afectado especialmente a las iniciativas locales que lideran la distribución de ayuda en áreas aisladas.