A un día de asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha lanzado una advertencia contundente respecto al acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. El republicano ha insistido en que la liberación de los rehenes debe concretarse antes de su investidura el próximo 20 de enero. “Es mejor que se haga antes de que jure el cargo. Nos dimos la mano, firmamos ciertos documentos, pero es mejor que se haga”, declaró en un popular podcast estadounidense, dejando clara su posición sobre este delicado asunto.
Trump ha aprovechado la oportunidad para destacar su papel en la negociación que llevó al acuerdo de tregua en la Franja de Gaza. Según el presidente electo, la intervención de su equipo fue crucial para avanzar en la liberación de los rehenes. Steve Witkoff, su enviado especial para Oriente Próximo, se reunió recientemente con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asegurando que el acuerdo “nunca habría ocurrido (…) si no hubiéramos estado involucrados y los rehenes probablemente nunca habrían sido liberados”. Estas declaraciones subrayan el enfoque de Trump para reforzar su imagen como un negociador decisivo.
El presidente electo no ha dudado en criticar al actual mandatario, Joe Biden, acusándolo de intentar adjudicarse los logros del acuerdo. “Biden no hizo nada”, aseveró Trump, aunque también afirmó que su prioridad no es obtener reconocimiento, sino garantizar la liberación de quienes han sufrido bajo condiciones extremas durante años. Además, reiteró que los devastadores ataques del 7 de octubre de 2023 “nunca habrían ocurrido” si él hubiera estado en el poder.
El conflicto en Gaza sigue dejando una estela de destrucción y pérdidas humanas. Los ataques del 7 de octubre, que causaron la muerte de 1.200 personas y llevaron al secuestro de 250 israelíes, desencadenaron una ofensiva que ha dejado más de 46.700 palestinos muertos en la Franja. A esto se suman más de 850 fallecidos en Cisjordania y Jerusalén Este, un panorama que ha aumentado la presión internacional sobre Hamás para cumplir con los términos del alto el fuego.
Con su investidura a la vuelta de la esquina, Trump parece decidido a consolidar su imagen como un líder influyente en el escenario internacional. Ha dejado claro que no tolerará retrasos ni incumplimientos en el acuerdo de liberación de rehenes, enfatizando la urgencia de actuar antes de su regreso oficial al poder. Este escenario aumenta la tensión, mientras el mundo observa cómo se desarrolla esta compleja situación y las partes involucradas intentan cumplir con sus compromisos.
El tiempo es un factor crucial en este acuerdo, y las declaraciones de Trump buscan acelerar un proceso que no solo impacta a las familias de los rehenes, sino también a la percepción global de su líderazgo antes de asumir nuevamente la presidencia.
