Imagen: Europa Press
Este sábado, Donald Trump y Kamala Harris coincidieron en dos mítines estratégicos de cara a las presidenciales del 5 de noviembre, en dos estados clave. Trump habló desde Latrobe, cerca de Pittsburgh, en Pensilvania, uno de los estados más importantes para su campaña. Mientras tanto, Harris se dirigió a sus seguidores desde Atlanta, el corazón demócrata de Georgia, un estado decisivo en el sur.
Harris pide dejar atrás a Trump mientras él arremete con insultos
La vicepresidenta Kamala Harris volvió a pedir a sus seguidores que «pasen página» con Trump, reiterando su mensaje habitual. En contraste, el expresidente no se contuvo y lanzó duras críticas e insultos contra la demócrata, a quien ha calificado en otras ocasiones de «comunista» y «poco inteligente». En su mitin, Trump alentó a sus seguidores a referirse a Harris como una «vicepresidenta de mierda», un insulto que va más allá de sus ya conocidos ataques verbales. «Le tenéis que decir a Kamala Harris que ya habéis tenido suficiente, que no la soportáis más«, afirmó ante la multitud.
Insultos y el recuerdo de su presidencia
Aunque muchos estrategas republicanos han aconsejado al republicano centrarse en los logros de su mandato y en los fallos de la administración de Joe Biden, el expresidente parece disfrutar de sus controversiales comentarios. Estas salidas de tono, como la del sábado, podrían alienar a los votantes moderados e independientes, especialmente en estados clave como Pensilvania, donde necesita captar apoyo. A pesar de estos consejos, Trump no dejó de lado sus comentarios irreverentes, e incluso comenzó su mitin con una anécdota sobre el golfista Arnold Palmer, que dio nombre al aeropuerto donde se celebraba el evento.
El tributo de Trump a Arnold Palmer
En su mitin, Trump dedicó más de diez minutos a recordar a Arnold Palmer, uno de los golfistas más célebres de la historia, fallecido en 2016. En su divagación, hizo una extraña alusión al físico de Palmer, comentando detalles que muchos consideraron inapropiados. «Era un hombre fuerte y duro«, añadiendo una incómoda referencia sobre el tamaño del pene de Palmer. Entre risas, el expresidente intentó justificarse diciendo: «Lo tenía que decir, lo tenía que decir, tenemos mujeres muy sofisticadas aquí«.
¿Estrategia o exceso?
Mientras Trump se mantiene fiel a su estilo provocador, las críticas crecen sobre si este tipo de comentarios le podrían costar votos entre aquellos que buscan un liderazgo más moderado. A pocos días de las elecciones, su campaña sigue combinando insultos personales con recuerdos nostálgicos de su primera presidencia, dejando en el aire si esta estrategia será efectiva en los estados que definirán el futuro de Estados Unidos.