Imagen: El candidato republicano, Donald Trump (izquierda) y la candidata demócrata, Kamala Harris (derecha) en imágenes de archivo. — Ting Shen / Pool / EFE
A dos días de las elecciones presidenciales, y con encuestas que reflejan un escenario de empate, el expresidente y candidato republicano Donald Trump y su rival demócrata y vicepresidenta Kamala Harris libraron este domingo una batalla por un grupo de estados calientes determinantes para los resultados y a la caza de los votantes indecisos.
Esos dos viajes a la Casa Blanca se intensificaron en la última semana de la campaña, y este sábado estuvieron a punto de cruzarse en Carolina del Norte, uno de esos territorios en los que se decidirán las elecciones más reñidas de la historia reciente de Estados Unidos. Sucedió por la tarde, cuando Harris descendía por las escalerillas de su avión oficial, el Air Force Two, tras aterrizar en Charlotte, la ciudad más poblada del Estado. A menos de 100 metros, estaba la aeronave de su rival, el Trump Force One.
Horas después, tuvieron lugar de manera simultánea ambos mítines. Para Trump, que empezó y acabó la jornada en Carolina del Norte, Estados Unidos será un país ideal una vez hayan terminado sus tareas de rescate. Incluyen, según prometió bien entrada la noche en un estadio deportivo en la tercera ciudad del Estado y ante una masa que agitaba pancartas que decían “Trump lo arreglará”: reducir la inflación, cerrar la frontera con México, emprender la deportación masiva más grande de la historia, sellar él solo la paz mundial y reformar el sistema electoral, restringiéndolo al voto físico y a un único día, el de la cita con las urnas.
Centro, además, su estrategia en sembrar dudas sobre el sistema de votación en algunos estados claves, algo que podría desembocar en un nuevo cuestionamiento de los resultados, como sucedió en las elecciones de 2020.
Harris, que habló en un anfiteatro al aire libre cerca de Charlotte después de hacerlo en Atlanta, imagina un país capaz de dejar atrás el clima de enfrentamiento. A diferencia de su rival, a quien definió como “cada vez más inestable, obsesionado con la venganza, consumido por el agravio, y en busca de poder sin control”, la candidata repitió ante un lema que decía “presidenta para todos” que no piensa entrar el Despacho Oval con “una lista de enemigos”, sino con una de “cosas por hacer”.
Entusiasmo por parte de los presentes
Las promesas de uno y otro fueron recibidas con parecido entusiasmo en Greensboro y Charlotte. Si algo comparten los votantes de cada uno de ellos es el fervor por sus líderes. También coinciden en el diagnóstico de que un desastre se avecina si los contrarios ganan, aunque disientan en el alcance del destrozo.
La media de encuestas recopiladas por el portal FiveThirtyEight muestran empates técnicos, y dentro del margen de error entre Trump y Harris. Esto significa que la victoria podría quedar determinada por márgenes muy estrechos o requerir recuentos.
El exmandatario contaba este domingo, según el portal electoral, con una ventaja dentro de los márgenes de error en Carolina del Norte (1%) y Georgia (1%). A su vez, Harris tiene una ligera ventaja en Míchigan (1%) y Wisconsin (1%). En Pensilvania y Nevada, mantienen un empate. En Arizona, la ventaja de Trump era, a fecha de este domingo, del 2,5%.