Imagen: Rebeldes sirios se hacen selfies en el aeropuerto militar de Nayrab, en Alepo, tras tomar el control de sus instalaciones, este lunes. / BILAL AL HAMMOUD / EFE
Siria está viviendo los combates más duros desde inicios de 2020. Ante esta situación, los ministros de Exteriores turco Hakan Fidan e iraní Abás Araqchi acordaron este lunes reactivar el llamado Proceso de Astaná y reunir, en el periodo de tiempo más breve posible, a los jefes de la diplomacia de los países valedores del régimen de Bachar el Asad (Rusia e Irán) y de la oposición (Turquía).
Tras un fin de semana de constantes contactos diplomáticos entre Rusia, Irán, Siria, Turquía y Estados Unidos, Araqchi llegó este lunes a Ankara procedente de Damasco, donde se había reunido el domingo con su homólogo sirio y con el presidente El Asad, de quienes se supone que llevó mensajes a Turquía.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan también llevaba meses ofreciendo la mano a Asad para retomar un diálogo al más alto nivel, pero este había exigido que Turquía se retirara de los territorios que sus fuerzas militares ocupan en el norte del país como condición previa al inicio de las negociaciones. No obstante, las autoridades de Ankara no están dispuestas a cumplirlo, ya que pretenden que el territorio dominado por las facciones rebeldes a las que apoyan sirva para alojar a los refugiados actualmente en su territorio, y prácticamente ningún refugiado está dispuesto a regresar a territorios bajo control gubernamental.
Bombardeos constantes
En 2020, Turquía, Irán y Rusia consiguieron pactar un alto el fuego en la región opositora de Idleb que congeló los ataques y combates entre régimen y oposición, pero no frenó los bombardeos de la aviación rusa y siria contra la población civil.
Estos ataques, con la ofensiva opositora arrancada la semana pasada, se han intensificado. Más de dos docenas de civiles han muerto este lunes en bombardeos del régimen de Damasco y sus aliados contra la ciudad de Idleb, según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos (OSDH). Estos bombardeos han impactado contra dos hospitales de la región.
Así, durante la última semana, los rebeldes sirios y su principal patrocinador, Turquía, han conseguido casi doblar su control territorial en el noroeste de Siria y, más importante, dominan ahora la segunda gran ciudad del país, Alepo. Según expertos turcos cercanos al Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, Ankara busca, con esta ofensiva, obligar a Asad a sentarse con el presidente turco y negociar el regreso de los tres millones de refugiados sirios que actualmente viven en Turquía. «Este lunes hemos discutido sobre cómo crear estabilidad en Siria —ha dicho Araghchi ante Fidan—, y sobre la forma de conseguir que los refugiados sirios puedan volver a su país».