Imagen: calle de Ucrania devastada por la guerra
El conflicto en Ucrania, que ha devuelto a Europa la pesadilla de una guerra abierta, llega al final de 2024 en un estado crítico. La superioridad militar y numérica de Rusia ha permitido avances territoriales significativos, aunque sin grandes victorias estratégicas. Ucrania, en tanto, enfrenta el desafío de reponer a unas tropas exhaustas tras casi tres años de invasión a gran escala.
La dependencia de Kiev respecto al armamento estadounidense es absoluta, mientras la sombra de Donald Trump, próximo a asumir la presidencia, añade incertidumbre. El presidente Volodímir Zelenski, quien enarbolaba la consigna de recuperar todo el territorio perdido, se prepara ahora para negociar, aunque exige garantías de seguridad duraderas para su país.
Un año de desgaste militar y social
El 2024 ha sido un año especialmente duro para Ucrania. Según el analista en defensa Mykola Bielieskov, la guerra de desgaste depende de recursos materiales, financieros y humanos, tres frentes en los que Rusia supera ampliamente a Ucrania. “En lo social, la frustración, la ansiedad y la confusión van en aumento”, señala. Aunque Moscú no ha logrado su objetivo de ocupar por completo la región de Donetsk, ha consolidado avances en el este, ejerciendo una presión constante con una relación de fuerzas que, en algunos sectores, llega a ser de 10 soldados rusos por cada ucranio.
Estrategias y operaciones en el frente
El balance militar de 2024 ha generado debates sobre la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk, que algunos consideran un error. Sin embargo, expertos como Oleksii Melnik del Centro Razumkov defienden estas tácticas como una forma de desgastar a Rusia en su propio terreno. “Rusia está gastando bombas en su territorio y lidiando con desplazados internos. Son acciones necesarias para Ucrania”, sostiene.
La llegada de Trump y la incertidumbre estratégica
Con la toma de posesión de Trump programada para enero, ambos bandos intensifican sus operaciones. El futuro presidente estadounidense ha prometido replantear la estrategia, lo que genera incertidumbre en Kiev, ya afectada por el bloqueo republicano de la ayuda militar en el Congreso. Algunas figuras cercanas a Trump han sugerido congelar la línea del frente y ofrecer garantías de seguridad a Ucrania, una propuesta que Zelenski rechaza sin garantías reales de cumplimiento por parte de Rusia.
El desenlace sigue en el aire
Con Rusia controlando más del 19% del territorio ucraniano y las perspectivas de un acuerdo duradero todavía lejanas, Ucrania enfrenta el nuevo año con incertidumbre. Aunque algunos expertos confían en que la economía rusa, debilitada por la caída del precio del petróleo, pueda inclinar la balanza, la lucha por la supervivencia de Ucrania continúa. “Mucha gente está agotada, pero seguimos siendo fuertes en el fondo”, concluyen desde Kiev, mientras el país aguarda que 2025 traiga una paz justa y duradera.