Unos recientes ataques en Líbano con beepers y walkie-talkies explosivos han dejado un saldo de al menos 37 muertos y miles de heridos. Hezbolá, cuyo sistema de comunicación fue uno de los objetivos, responsabiliza a Israel, aunque este país no ha hecho comentarios. Los detalles sobre cómo se realizaron estos ataques aún son confusos.
Aunque inicialmente se especuló sobre un posible ataque informático a los dispositivos, los expertos descartaron esa teoría. Las investigaciones siguen abiertas, mientras los medios, como la BBC, rastrean los hechos a nivel internacional.
Los expertos sugieren que los beepers y walkie-talkies usados en los ataques en Líbano probablemente fueron equipados con explosivos antes de llegar a manos de Hezbolá. Las imágenes de los dispositivos destruidos mostraban el logo de una empresa taiwanesa, Gold Apollo. El fundador de la compañía, Hsu Ching-Kuang, negó su participación y señaló a la firma húngara BAC Consulting, a quien cedió la licencia de la marca hace tres años. Hsu mencionó que las transferencias de dinero de BAC habían sido «extrañas» y provenientes del Medio Oriente, levantando sospechas adicionales.
El sitio web de BAC Consulting nombra a Cristiana Bársony-Arcidiacono como directora ejecutiva y fundadora. Aunque la BBC no logró contactarla, NBC News reportó que ella se describe como una intermediaria, no fabricante de los buscapersonas.
Según The New York Times, BAC sería en realidad una fachada de la inteligencia israelí, que utilizó otras dos empresas fantasma para ocultar la verdadera identidad de los productores de los dispositivos explosivos. Aunque la BBC no pudo verificar esta información, las autoridades búlgaras comenzaron a investigar otra firma vinculada a BAC, y la emisora bTV informó que 1,6 millones de euros, relacionados con los ataques, pasaron por Bulgaria antes de llegar a Hungría.
Origen de los dispositivos
Los orígenes de los walkie-talkies que explotaron en la segunda ola de ataques en Líbano no están del todo claros. Sin embargo, se sabe que algunos de los dispositivos eran del modelo IC-V82, fabricados por la empresa japonesa ICOM. De acuerdo con una fuente de seguridad citada por Reuters, Hezbolá había adquirido estos walkie-talkies hace cinco meses. Aún no se ha determinado cómo fueron interceptados o manipulados para causar las explosiones. Videos muestran a las víctimas metiendo la mano en sus bolsillos segundos antes de que los dispositivos detonaran y provocaran el caos en calles, comercios y hogares de todo el país.
Las autoridades libanesas concluyeron que los dispositivos fueron detonados por «mensajes electrónicos»que se les enviaron, según una carta de la misión libanesa ante la ONU, a la que Reuters tuvo acceso.
Citando a funcionarios estadounidenses, The New York Times dijo que los buscapersonas recibieron mensajes que parecían provenir de los líderes de Hezbolá antes de detonar. Los mensajes, en cambio, parece que activaron los dispositivos, informó el medio.
Todavía no sabemos qué tipo de mensaje se envió a los walkie-talkies. En Líbano, la preocupación sobre cómo fueron detonados los dispositivos ha generado una atmósfera de paranoia. Aunque no se ha confirmado cómo se activaron los beepers y walkie-talkies, la incertidumbre ha llevado a la población a temer que otros dispositivos, como teléfonos, cámaras o laptops, también puedan estar equipados con explosivos. El ejército libanés ha estado utilizando robots para realizar detonaciones controladas en Beirut, y medios como la BBC han advertido a sus empleados que eviten el uso de sus dispositivos electrónicos. La incertidumbre y la paranoia están surgiendo entre la población y los libaneses temen que cualquier tecnología cercana pueda representar un riesgo.
Teorías que se valoran en este momento
Existen varias teorías sobre el momento elegido para detonar los dispositivos explosivos en Líbano. Una sugiere que Israel aprovechó este momento para enviar un mensaje devastador a Hezbolá, tras casi un año de tensiones y ataques transfronterizos. Otra teoría plantea que Israel no tenía planeado ejecutar el ataque en este momento, pero temió que Hezbolá estuviera a punto de descubrir el complot, lo que obligó a adelantar la operación.
Al parecer, el plan original de Israel era que los ataques con buscapersonas fueran solo el comienzo de una guerra total destinada a paralizar a los combatientes de Hezbolá. Sin embargo, al sospechar que estos habían comenzado a descubrir el plan, Israel decidiría adelantar los ataques para evitar su exposición.