Desde que el caso Daniel Sancho salió a la luz allá por agosto de 2023, hemos conocido quién fue el asesino (el propio Daniel) y la pena que le ha impuesto la justicia tailandesa (cadena perpetua). A su vez, hemos sabido de varios intentos de estafa al padre del descuartizador, Rodolfo Sancho (Alice, Nilson), el cual se ha erigido en la imagen de su hijo –y sobre todo, en la de un extraño true crime donde se promociona más al malhechor que a la víctima–, así como la temeraria estrategia de la defensa, que en no pocos casos se ha visto caricaturizada por la opinión pública dados sus errores de bulto. Pero siempre nos faltó un dato que se ha ido agrandando –al menos para mí– hasta que hoy comienza a no dejar ver la luz del día a algunas personas. Y les estoy hablando del móvil del crimen, que por supuesto fue económico, y, por lo tanto, del dinero, que los unos (la parte de Sancho) no les interesa rastrear, y que los otros (la parte de Arrieta), y ante la sorpresa de todos, también ignoran. Y esto, ¿a qué podría ser debido?
En los albores de este muy mediático caso, cuando las divas de los platós cancelaban sus vacaciones de agosto dados los increíbles niveles de audiencia televisiva alcanzados, ambas familias salieron a la palestra para informar al mundo entero de que se encontraban sin dinero. En el caso de la de Edwin, que mantenía a sus padres, hermana y sobrina, cuando también ayudaba a la iglesia, la gente lo entendió sin poner un solo pero. Más tardó en convencerse al público cuando Rodolfo Sancho negó por activa y por pasiva que fuera a abonar indemnización alguna al asesinado y descuartizado. Según él, se encontraba en una situación económica precaria, que si era cierta, debió saltar por los aires cuando firmó aquel contrato con HBO Max, en un acuerdo que superó, y con creces, el medio millón de euros.
Pero tras la sentencia, y cuando ya solo quedaba por investigarse el móvil del crimen, no solo las televisiones, sino ambos lados del cuadrilátero, han asumido que seguir hablando de los audios de Nilson, de las vejaciones del padre a Silvia Bronchalo y de nuevo, de las malas praxis de Edwin con sus pacientes así como de las diversas interpretaciones sui generis del sumario, sería lo necesario cuando, supuestamente, una familia echa mucho de menos a su patriarca y necesita que le devuelvan su dinero. Porque la indemnización sigue sin abonarse. Entonces, ¿qué ha sacado de todo esto la familia Arrieta?
Debuté en este medio que leen el pasado 26 de agosto, o sea, hace ya dos meses y una semana. La primera noticia con la que me estrené –que fue exclusiva– decía así en su rimbombante titular: «Edwin Arrieta envió a España alrededor de 1.350.000 euros en sus últimos meses de vida«. Diseccionaba –a lo Sancho– las cantidades, explicando que casi la mitad (600.000) provenían de tres personas del círculo de Edwin, conformados por algunos políticos y empresarios. Aquella bomba fue neutralizada por el poder mediático español, ya que nadie se hizo eco de la misma, manteniendo a raya a todo aquel que se saliera del guion establecido. Lo extraño fue que la familia Arrieta, supuestamente interesada en conseguir que les devolvieran algún dinero del que Edwin prestó a Daniel, también hizo mutis por el foro. Claro que mi gran sorpresa llegó cuando Juango Ospina también hizo caso omiso, cuando llegué a contactarle pidiéndole explicaciones ante mi información en varias ocasiones.
Con un buen amigo al que utilizo de asesor dada su fiabilidad y limpieza de mente, llegamos a una clara conclusión: aquí hay gato encerrado, ya que no es normal que si una familia vive en la pobreza y se podrían llegar a rastrear cientos de miles de euros nadie mueva un solo dedo. Se me pasó por la cabeza que todo fuera una simple negligencia de Ospina, o quién sabe si ya habían cazado algo de dinero, y para evitar que la opinión pública molestara, el abogado se lo dio a Darling y le pidió que actuara a partir de ahí con perfil bajo.
Pero el problema llegó hace dos días, cuando descubrí que en una sucursal madrileña del Banco de Santander existe una cuenta bancaria donde aparecen como titulares Edwin Miguel Arrieta Arteaga y Daniel Jerónimo Sancho Bronchalo además de otros tres ciudadanos españoles. Volví a contactar a Ospina explicándole mi pesquisa –y hasta hoy– cuando la que sí me atendió el teléfono fue Darling Arrieta, que, según ella, estaba muy interesada en mi información y que hablaría con Juango para que acelerara el proceso para conocer en qué estado se encuentra esa cuenta.
Que la parte de Arrieta no investigara el móvil del crimen y rastreara cuentas tenía un motivo. Y este son dos personas –ambos políticos– que atienden a los nombres de Fabio Raúl Amin Saleme y Zulema Jattin Corrales, ambos naturales de la misma ciudad que vio nacer a Edwin (Lorica) y que mantenían una estrecha amistad con el fallecido.
Según mi fuente colombiana, ambos políticos habrían invertido una importante cantidad de dinero para el restaurante que Daniel y Edwin debían haber abierto en Madrid. El problema es que la procedencia de ese dinero podría haber sido ilegal y habrían utilizado al doctor Arrieta de puente para haberlo blanqueado. Desde que el caso salió a la luz, ambos dirigentes políticos colombianos movieron a sus asesores para que estos hechos quedaran completamente difuminados y nadie pudiera asociarles a caso tan mediático exigiendo a Ospina que no se reclamara cantidad alguna. La misma fuente incide en que las cantidades económicas enviadas a España podrían haber sido incluso más altas. Lo que no ha quedado claro es que Edwin supiera de las procedencias ilegales de esas cantidades y que también hubiera sido engañado, y que lo que simplemente creía estar haciendo era conseguir más financiación con personas importantes para sus proyectos en España que automáticamente pasarían a formar parte del accionariado de sus negocios.
Si esto fuera cierto, se daría pábulo a la inacción de Ospina a la hora de querer saber dónde está el dinero de Edwin así como el estado de sus cuentas en España. Aunque lo terrible del caso es que ese dinero, muy posiblemente, sigue en manos de su verdugo o de los muy cercanos al mismo.
Darling Arrieta, tras aquel macabro 2 de agosto de 2023, anunció públicamente que tanto sus padres como ella y su hija se quedaban tras la pérdida de su hermano Edwin en una «gran necesidad económica». Desde aquellas palabras, la indemnización no ha sido cubierta por la parte de Sancho, y según puedo demostrar, al menos tres personas allegadas a ellos se han ofrecido para, en casi todos los casos desinteresadamente, ayudar a la investigación, a la búsqueda del dinero y a saber qué mensajes se enviaban las semanas antes del macabro suceso Edwin y Daniel a través de sus dispositivos móviles. Darling, la que tenía la última palabra, siempre negó esas posibilidades cuando hace tiempo que no se la escucha quejarse de ninguna necesidad económica.
1 comentario en “No se ha seguido el rastro del dinero que Edwin Arrieta envió a España”
Muy interesante como siempre las investigaciones y la información que traslada Joaquín . Es increíble como dice que nadie de la familia Arrieta ni Juango hayan comprobado las cuentas de Edwin , trasferencias de dinero o retornos importantes de sus cuentas . Es imposible que no haya constancia de movimientos importantes , porque no se pueden ingresar en metálico esas cantidades ni en el país , ni en entidades bancarias sin control .