El nuevo Pleno del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha fracasado por segunda vez en su intento de elegir a un nuevo presidente, perpetuando la actual situación de bicefalia en el máximo órgano de gobierno de los jueces y el Supremo. Esta vez, el fracaso se debe a la negativa del sector izquierdista del Consejo, compuesto por diez vocales designados por el PSOE, a consultar a todos los jueces españoles sobre cuál de los siete candidatos disponibles debería liderar la nueva etapa del Consejo.
Según ha podido saber El Debate, los consejeros afines al Gobierno de Pedro Sánchez comenzaron el cónclave de este lunes argumentando que sus candidatos tenían una «mayor representatividad» en comparación con los presentados por los vocales nombrados por el Partido Popular (PP). Los consejeros del PP proponían someter este argumento a la consideración de todos los jueces de España, buscando una presidencia «más democrática y transparente».
Este sistema permitiría que los principales representados por el CGPJ, los jueces, tuvieran voz en el proceso, ofreciendo una transparencia sin precedentes. Dado que el argumento principal del sector izquierdista es que el 57,2% de la carrera judicial está compuesto por mujeres, sugirieron que una mujer debería asumir la presidencia del CGPJ durante los próximos cinco años. Por ello, se planteó abrir una consulta a más de 5.500 jueces y magistrados para conocer su opinión sobre quién debería liderar el órgano.
Las fuentes consultadas indicaron que se podría utilizar una operativa informática segura, similar a la utilizada para la elección de los miembros del Comité de Ética Judicial. Sin embargo, los vocales de izquierda se opusieron a publicar los currículums de todos los candidatos y permitir que los jueces expresaran sus preferencias, argumentando que esto no era necesario.
Los candidatos mejor considerados para la presidencia del Consejo son Pablo Lucas Murillo de la Cueva y Pilar Teso, ambos progresistas, quienes empataron en las dos votaciones anteriores del Pleno. No obstante, el bloque izquierdista se resiste a considerar otras candidatas, pese a que Pablo Lucas es reconocido por su excelente currículum, trayectoria y prestigio.
La conservadora Esperanza Córdoba Castroverde y la independiente Carmen Lamela no son consideradas idóneas por el sector socialista del CGPJ, a pesar de cumplir con el criterio de la cuota femenina. Córdoba no es aceptada por su alejamiento de los estándares ideológicos del Gobierno, y Lamela, aunque neutral y preparada, tiene el hándicap de haber procesado a responsables del procés, lo que podría complicar las negociaciones entre el PSOE y ERC.
Los vocales izquierdistas han propuesto continuar las negociaciones en septiembre, pero los miembros conservadores del Pleno consideran esto inadecuado y han exigido reuniones permanentes hasta el 19 de agosto para resolver el asunto. Según fuentes de El Debate, los vocales de izquierda rechazan cualquier opción que no sean Ana Ferrer o Pilar Teso, quienes cuentan con el visto bueno de la Moncloa. La falta de acuerdo no es porque un bloque no quiera una presidenta mujer, sino porque el otro bloque insiste en una candidata específica que, casualmente, es mujer.
En resumen, el CGPJ sigue sin poder elegir a su presidente debido a la falta de consenso entre los bloques ideológicos, con los vocales de izquierda negándose a consultar a todos los jueces y proponiendo solo a candidatas afines al Gobierno.
