El 13 de septiembre de 2024 se conmemoran 50 años del atentado perpetrado por la organización terrorista ETA en la cafetería Rolando, un suceso que dejó una marca indeleble en la historia de España y en la memoria colectiva del país. El ataque, ocurrido en la céntrica calle del Correo de Madrid el 13 de septiembre de 1974, resultó en la muerte de 13 personas y más de 80 heridos, convirtiéndose en uno de los atentados más mortales llevados a cabo por ETA en la capital.
La explosión se produjo debido a una potente bomba colocada en el interior del local, que estaba lleno de clientes en el momento del ataque. La cafetería Rolando, situada cerca de la Puerta del Sol, era un lugar frecuentado tanto por civiles como por miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, lo que, según las investigaciones, habría sido el objetivo de los terroristas.
Sin embargo, la brutalidad del ataque afectó principalmente a civiles, entre ellos mujeres y niños
Un Policía relata el atentado cincuenta años después
El impacto del atentado en la cafetería Rolando fue devastador, no solo por la pérdida de vidas humanas, sino también por la sensación de inseguridad y el dolor que provocó en la sociedad española. Este ataque ocurrió en un contexto de gran tensión política y social en España, durante los últimos años de la dictadura franquista. ETA, que en ese momento justificaba su violencia como parte de su lucha por la independencia del País Vasco, logró con este atentado aumentar su notoriedad y la repulsa social hacia sus acciones.
Pedro Chicote, un policía que fue el primero en prestar ayuda a los heridos, ha recordado el “infierno” que vivió al llegar al lugar del atentado. Chicote ha descrito el lugar como un “horno atroz” debido a la “impresionante” explosión que se produjo.
Cincuenta años después, Chicote señala que los autores del atentado, miembros de ETA, no han sido detenidos. En su mensaje hacia ellos, Chicote expresa que un acto delictivo de tal magnitud “no es de humanos” y condena el ataque indiscriminado. Además, subraya que, en su opinión, “no dormirán” tranquilos, ya que él mismo no pudo hacerlo durante muchos años, refiriéndose a los autores que huyeron a Francia después del atentado.