El exministro de Transportes, José Luis Ábalos, tras solicitar este viernes declarar voluntariamente como testigo en el conocido «Caso Koldo». Esto ocurre después de que la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil presentara un informe que podría implicarlo directamente en la trama relacionada con la compra de material sanitario durante la pandemia de COVID-19.
Ábalos, quien fuera un alto cargo clave dentro del gobierno de Pedro Sánchez y secretario de Organización del PSOE, ha lanzado una clara advertencia al Ejecutivo: su defensa será feroz. En una entrevista concedida al programa Todo es Mentira de Cuatro, el exministro aseguró: «Mi colaboración va a ser plena», aunque recalcó con énfasis que «la defensa de mi inocencia también va a ser intensa». Estas declaraciones dejan claro que el político no piensa dar un paso atrás frente a las investigaciones que podrían llevar a su imputación.
Informe de la UCO
El detonante de este nuevo capítulo en la trayectoria de Ábalos fue el informe de la UCO, que entregó este jueves en la Audiencia Nacional. Dicho informe menciona que un antiguo alto cargo del Ministerio de Transportes identificó a Ábalos como la persona responsable de gestionar contratos relacionados con la compra de material sanitario a una empresa vinculada a Víctor Aldama, durante los momentos más críticos de la pandemia. Este tipo de contratos, relacionados con suministros esenciales, han sido objeto de denuncias de corrupción desde que la pandemia obligó a los gobiernos a tomar medidas extraordinarias.
Ábalos ha negado rotundamente haber obtenido beneficios económicos personales de la trama investigada. En su intervención en Cuatro, enfatizó que el informe presentado por la UCO «no acredita nada» en su contra. De hecho, el exministro ya había declarado brevemente a TVE, reconociendo que era «de esperar» que lo investigaran debido a su posición en el ministerio durante aquellos meses críticos.
En cuanto a la posibilidad de ser imputado, Ábalos no rehúye la situación. Cuando fue consultado al respecto, afirmó con tranquilidad: «Todo es posible; no digo que no». Para Ábalos, parece más importante demostrar su inocencia y mantener su reputación política, que a todas luces considera injustamente puesta en duda.
Además, Ábalos desmintió rotundamente las acusaciones que sugieren que solicitó a su exasesor en el Ministerio, Koldo García, intervenir para evitar que los teléfonos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el suyo propio, fueran interceptados. «No, el Gobierno no está tan mal de recursos como para eso», comentó en un tono firme, intentando poner fin a esos rumores.
El «Caso Koldo», que ha arrastrado a varios funcionarios y colaboradores del Gobierno, se complica con la inclusión del nombre de Ábalos en el informe de la UCO. Este caso investiga diversas ramificaciones relacionadas con posibles irregularidades en la contratación de servicios y productos durante la pandemia, y cada vez se amplía más el número de personas involucradas o potencialmente implicadas.
La situación de Ábalos parece tensarse cada vez más, y su advertencia al Gobierno no pasa desapercibida. Al afirmar que su defensa será intensa, el exministro envía un mensaje claro a aquellos que hasta hace poco fueron sus compañeros de bancada: no está dispuesto a caer solo ni a permitir que su nombre quede manchado sin dar la batalla.