El exministro de Transportes y antigua mano derecha de Pedro Sánchez, José Luis Ábalos, ha lanzado un contundente mensaje al presidente del Gobierno y secretario general del PSOE: “Que no cuenten conmigo ya”.
Ábalos, quien ahora es diputado del Grupo Mixto tras su distanciamiento con el partido, ha criticado duramente la auditoría encargada por su sucesor en el Ministerio de Transportes, Óscar Puente, calificándola de “despropósito sin rigor”.
El político valenciano sugiere que el aparato socialista ha decidido marginarlo para fortalecer a Diana Morant, actual ministra de Ciencia y candidata de Sánchez para liderar el Partido Socialista del País Valenciano. Ábalos afirma que estaba comenzando a recuperar el apoyo dentro de su partido y que su destierro ha causado incomprensión en muchos sectores.
A pesar de su situación actual, el exministro sigue contando con numerosos aliados en su federación, aunque muchos de sus seguidores se han reorganizado en otras corrientes del partido.
Por su parte, el ministro Óscar Puente ha negado cualquier intención de venganza política en la auditoría. Fuentes cercanas a Puente explican que el ministro no tenía ningún conocimiento previo de los funcionarios encargados de la auditoría, subrayando que su única intención era “esclarecer hechos”. No obstante, resulta inusual que un ministerio audite la gestión de un periodo anterior cuando los titulares son del mismo partido político.
Ábalos marca distancia con el PSOE tras la auditoría de Puente
La auditoría en cuestión acusa a Ábalos de haber presionado para contratar los servicios de la empresa Soluciones de Gestión y Apoyo a las Empresas, una sociedad que, según el informe, era considerada de dudosa reputación. Esta firma obtuvo varios contratos de material sanitario durante la pandemia, lo que generó controversia y llevó al PSOE a presionar a Ábalos para que renunciara a su escaño, algo que él se negó a hacer, optando por unirse al Grupo Mixto.
A raíz de este caso, el partido inició un expediente de expulsión contra Ábalos, que aún está pendiente de resolución.
La advertencia de Ábalos tiene implicaciones serias para el Gobierno, cuya mayoría parlamentaria es muy ajustada. Un solo voto podría ser decisivo en cualquier proyecto legislativo, y Ábalos ha dejado claro que no seguirá apoyando automáticamente las políticas del Ejecutivo. La relación entre Ábalos y el PSOE se ha deteriorado significativamente desde el estallido del caso Koldo, especialmente después de que el partido, supuestamente por error, difundiera sus datos personales al anunciar su expediente de expulsión.
Ábalos ha denunciado este hecho ante el comité federal de ética y garantías, y está a la espera de que se resuelvan las alegaciones a su expulsión. Mientras tanto, el exministro está valorando la posibilidad de emprender acciones legales, lo que podría agravar aún más su conflicto con el partido.