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En una extensa comparecencia de tres horas en el Tribunal Supremo, el exministro de Transportes José Luis Ábalos negó rotundamente haber recibido comisiones ilegales y aseguró que cualquier acción del empresario Víctor de Aldama relacionada con su ministerio fue a través de Koldo García, su asesor. Ábalos se presentó como víctima de una persecución política liderada, según él, por el Partido Popular y criticó que el caso excediera los límites del aforamiento.
La relación con Koldo García y Víctor de Aldama
Ábalos explicó que conoció a Koldo García en 2017 gracias a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE en Navarra. García, quien inicialmente le servía como chófer, fue nombrado asesor de Ábalos en su gabinete tras su llegada al Ministerio de Transportes. El exministro señaló que García fue quien le presentó a Víctor de Aldama, aunque aseguró que apenas lo había visto unas pocas veces antes de que Aldama le ofreciera alquilarle un piso en la Castellana, un acuerdo que finalmente no se concretó. Ábalos negó que dicha transacción fuera una maniobra para obtener comisiones por obras públicas.
En cuanto al contrato de alquiler firmado con Aldama en 2019, Ábalos explicó que lo firmó tras recibir la recomendación de García, quien le informó de una oportunidad de alquiler. El exministro aseguró que los problemas con el usuario de la vivienda evitaron que el contrato se ejecutara, por lo que nunca recibió las llaves y no guardó copia del acuerdo. Asimismo, desmintió que su hijo hubiera mostrado interés en la propiedad, como había afirmado Aldama, y reiteró que las conversaciones con el empresario fueron meramente sobre fútbol.
Las comisiones por obra pública
Respecto a las acusaciones de que se habría beneficiado de comisiones por obras públicas, el exministro refutó rotundamente estas afirmaciones. Explicó que los ministros no firman ampliaciones de obras, sino que esa responsabilidad recae en el secretario de Estado, y aseguró que no tuvo intervención en los asuntos de carreteras durante su mandato. Además, negó que las anotaciones que Aldama presentó como prueba fueran suyas.
El viaje a México y la relación con el gobierno mexicano
Ábalos también aclaró el viaje que realizó a México junto a Aldama, en el que ambos se fotografiaron con el gobernador de Oaxaca. El exministro explicó que el viaje fue organizado por el Ministerio de Exteriores, y no por Aldama, y que el objetivo era tratar un proyecto de aeropuerto en México que afectaba a Ineco, la empresa pública vinculada a Transportes. Ábalos negó que Aldama hubiera tenido un papel central en las reuniones que se celebraron en el marco del viaje.
Las acusaciones de corrupción internacional
En cuanto a las acusaciones de corrupción en el ámbito internacional, como la carta presentada por Aldama para presentarse ante Juan Guaidó como representante del Ministerio de Transportes, Ábalos negó cualquier implicación. Aseguró que las cartas oficiales que emite su ministerio siempre llevan firma, no sello, y que la carpeta con el escudo de España que Aldama usó no era un documento oficial.
El caso de las mascarillas y la empresa Soluciones de Gestión
También desmintió haber tenido algún papel en la adjudicación de los contratos de mascarillas por 53 millones de euros a la empresa que Aldama representaba, Soluciones de Gestión. Según el exministro, cuando se decidió qué empresa recibiría el contrato, él ya estaba al margen del proceso y no participó en ninguna reunión relacionada con la adjudicación.
El alquiler del piso de Jessica y la relación con Koldo García
Otro punto de la declaración fue la relación de Aldama con Jessica, la expareja de Ábalos, quien, según la Guardia Civil, recibió ayuda para pagar el alquiler de un piso en Madrid. Ábalos aclaró que fue Koldo García quien les presentó y reconoció que pudo haber ayudado a su expareja con algunos gastos, pero reiteró que no hubo favores de Aldama involucrados. También negó que su expareja hubiera sido contratada gracias a influencias de Aldama.
El chalet en Cádiz y el rescate de Air Europa
En relación con el chalet en Cádiz que un socio de Aldama compró para su uso, Ábalos defendió que fue desahuciado por no poder pagar el alquiler. Explicó que la propiedad iba a ser una casa de veraneo familiar, pero la situación personal cambió y terminó por dejar de pagar. Ábalos negó cualquier vinculación con actividades ilícitas relacionadas con la propiedad.