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En la era post-mayorías absolutas, la gobernabilidad en España depende de las alianzas estratégicas. En este contexto, tanto el desempeño del partido principal, ya sea PSOE o PP, como el de sus posibles aliados es crucial para alcanzar los 176 escaños necesarios para formar gobierno. En este escenario, tanto Sumar como Vox enfrentan serios desafíos en cuanto a la lealtad de sus votantes, situación que se ha agravado especialmente para el partido de Santiago Abascal, que ve cómo la figura antisistema de Alvise Pérez sigue ganando terreno de manera silenciosa. Mientras tanto, Sumar ha logrado recuperar algo de terreno, aunque sigue enfrentando una alta pérdida de votantes hacia otras fuerzas, lo que lo convierte en el partido con la base electoral más volátil.
El ascenso de Alvise y la caída de Vox
Los datos del Panel de Sigma Dos de finales de agosto muestran que un 13,5% de los votantes de Vox se inclinarían ahora por la opción política de Alvise Pérez. Este trasvase de votos representa aproximadamente 412.000 personas, lo que supone un aumento de 42.000 votantes desde principios de agosto, cuando SALF ya captaba el 12,1% del electorado de Abascal, un incremento de 1,4 puntos en pocas semanas. Como resultado, la fidelidad del votante de Vox ha caído al 69,5%, con casi un 11% de su electorado optando ahora por el PP.
La recuperación precaria de Sumar
Poe otro lado,en el bloque de la izquierda, Sumar muestra signos de mejora, aunque su situación sigue siendo preocupante. La lealtad de su electorado se sitúa en un 54,9%, lo que significa que casi la mitad de sus votantes han optado por otras opciones políticas. La mayoría de estas fugas se dirigen a Podemos (17,2%) y al PSOE (7,4%). A pesar de esta fragilidad, Sumar ha mejorado en comparación con principios de agosto, reduciendo la pérdida de votantes hacia Podemos y el PSOE y aumentando su fidelidad electoral, lo que se traduce en una recuperación de cinco décimas y dos escaños, según el sondeo de Sigma Dos. No obstante, la coalición liderada por Yolanda Díaz sigue siendo vulnerable, pendiente de un impulso que podría definir su futuro en los próximos meses, especialmente en el contexto de la negociación de los Presupuestos.
PP y PSOE, líderes consolidados en un panorama fragmentado
Mientras sus aliados potenciales enfrentan crisis, el PP y el PSOE se mantienen a la cabeza, ampliando cada vez más la distancia con aquellos que intentaron desafiar su liderazgo. El PP se destaca con la fidelidad de voto más alta, alcanzando un 83,5%, mientras que el 71,7% de los votantes socialistas repetirían su voto. Además, casi un 8% del electorado del PSOE se inclina ahora hacia el PP, mientras que solo un 1,7% de los votantes populares consideraría votar por los socialistas. Esta tendencia refleja el crecimiento sostenido de la derecha en el panorama político actual.