Imagen: La dirección del PSOE, en el congreso federal celebrado en Sevilla. EFE
En Sevilla, los socialistas decidieron el pasado fin de semana el que quieren que sea su camino en los siguientes años y, en esa cita, acordaron dos cuestiones clave: incorporar un texto en el que se explicita que “ninguna persona de sexo masculino pueda participar en las categorías destinadas a mujeres”, y fijar de nuevo el acrónimo para nombrar al colectivo como LGTBI, sin el signo + y sin la Q.
La primera implica por su propia redacción el no reconocimiento de las mujeres trans como mujeres y la intención de vetar su participación en las competiciones femeninas, lo que supone contrariar la propia ley trans, en vigor desde el año pasado. Y la segunda enmienda implica el no reconocimiento de la existencia de esas otras identidades, que es lo que refleja la Q de queer: las personas que están fuera del binarismo, aunque también acoge a gais, lesbianas, trans, bisexuales o intersexuales.
La aprobación de estas enmiendas supone la victoria dentro del espacio socialista de las feministas clásicas, lideradas por Carmen Calvo. Son una minoría, pero consiguieron imponerse de alguna forma que hasta ahora no se sabía.
Y es que, aunque había 1.101 delegados y delegadas acreditaros por el PSOE para su congreso federal de Sevilla, la gran mayoría no participó en las votaciones. De hecho, la clave para que se aprobaran las enmiendas fue precisamente la ausencia generalizada de delegados en la votación, que dejó el camino libre y sin contrapesos a las militantes organizadas y alineadas en torno a figuras como Carmen Calvo o Ángeles Álvarez.
Según pudo confirmar elDiario.es, la enmienda salió adelante con esos 218 votos a favor, 176 en contra y 5 abstenciones. Lo que significa que solo participaron 399 de los 1.101 delegados y delegadas acreditadas. El 68,3% de los llamados a votar, por tanto, no estaba donde debía.
Varios altos cargos socialistas del Gobierno presentes en el congreso de Sevilla coincidieron en señalar su malestar con el “lío” montado por Carmen Calvo, actual presidenta del Consejo de Estado y enemiga declarada de la ley trans, que participó en la comisión y lideró la organización de las militantes contrarias a avanzar en el reconocimiento de las identidades sexuales y de introducir matices en las categorías deportivas femeninas.
Las mujeres trans en el deporte femenino
La otra enmienda que alude a los derechos trans es la que habla de la participación en el deporte. En este caso, la enmienda buscaba añadir al texto la frase: “sin que ninguna persona de sexo masculino pueda participar en las categorías destinadas a mujeres”. Aunque algunas voces dentro del PSOE subrayan que la enmienda aprobada solo constata algo que ya es real, lo cierto es que esa explicación parece más un intento de salvar los muebles ante lo que muchos consideran un grave error. La enmienda alude claramente a la participación de las personas trans en el deporte.
A preguntas de la prensa, la ministra de Igualdad Ana Redondo defendió este martes en los pasillos del Senado que la decisión del PSOE de no incluir Q+ en las siglas LGTBI es un “debate más, que está abierto y genera posiciones a favor y en contra”, pero hizo hincapié en que el PSOE ha dado “señas más que sobradas del avance en derechos”. “No vamos a dar ni un paso atrás en derechos. Lo importante es qué es el partido y qué es este Gobierno”, dijo la ministra, que recordó que la hoja de ruta son los acuerdos con Sumar en el desarrollo de la ley trans y LGTBI en unas declaraciones recogidas por EFE.