El capitán de la Brigada Paracaidista, acusado de graves abusos hacia sus subordinados y de maltrato animal durante una misión de la ONU en el Líbano, ha sido condenado a cuatro años de prisión. Actualmente cumple su pena en la prisión de Alcalá-Meco, según informó el canal de Telegram Ciudadanos de Uniforme, que se dedica a recoger denuncias de irregularidades y abusos en el ámbito militar.
El caso se remonta a 2016, cuando el capitán, destinado en la base «Miguel de Cervantes» en el sur del Líbano, descubrió que soldados bajo su mando estaban cuidando de varios gatos, pese a la prohibición tajante de tener mascotas en la misión. Según testigos, el capitán ordenó capturar a los animales, los colocó en un cubo de basura y reunió a su compañía para presenciar el acto como castigo por desobedecer las órdenes. Aunque algunas fuentes señalan que los gatos ya estaban muertos cuando fueron introducidos en el cubo, el incidente generó una investigación por parte de los servicios jurídicos militares.
Este acto fue parte de una política estrictamente aplicada en misiones internacionales, donde la presencia de animales como perros y gatos se considera problemática debido al riesgo de parásitos y ataques. En el caso de los perros, incluso se ordenaba su captura y eutanasia cuando suponían un peligro para los militares.
Los hechos se remontan a 2016 y ahora ha sido juzgado
Compañeros del oficial lo describen como un hombre de trato difícil, extremadamente recto y exigente. Durante la misión en Líbano, su estilo de liderazgo y sus métodos para imponer disciplina generaron divisiones entre el personal. No obstante, la gravedad de los hechos documentados llevó a que fuera investigado y, finalmente, condenado por maltrato animal y abuso de autoridad.
La condena ha reabierto el debate sobre los límites de la autoridad en las Fuerzas Armadas y el tratamiento hacia los subordinados. Desde Ciudadanos de Uniforme, que difundió la sentencia, aseguran que continuarán denunciando casos similares: “Tardarán en caer, pero al final caerán todos. Ni olvidamos ni perdonamos”, señaló la organización en su comunicado.
Mientras tanto, el caso ha puesto sobre la mesa la necesidad de revisar ciertos protocolos en misiones internacionales, así como de garantizar que las relaciones jerárquicas en las unidades militares se rijan por principios de respeto y dignidad.