El pasado martes, el Sindicato Mantero de Barcelona, SMB, hizo pública su denuncia sobre las dificultades que enfrentan sus miembros para acceder a los cursos gratuitos de catalán ofrecidos por la Generalitat. A través de las redes sociales, el colectivo expresó su frustración, señalando que inscribirse a estas formaciones resulta “más difícil que conseguir entradas para un concierto de Oasis”, una ironía que se hizo eco en diversos medios nacionalistas.
“Las personas migradas queremos aprender catalán, pero la Administración lo hace casi imposible”, lamentaron, citando problemas como la saturación de la plataforma de inscripción y las largas filas en las oficinas de inscripción presencial.
El colectivo, mayoritariamente compuesto por inmigrantes subsaharianos, pidió al Govern que tomara medidas urgentes para facilitar el acceso a estos cursos, resaltando la necesidad de un mayor apoyo institucional. En respuesta a estas quejas, Sílvia Paneque, portavoz del Govern, aseguró que la nueva Consellería de Política Lingüística ya está trabajando para resolver la situación.
Esta consellería, que ha sido criticada por sectores constitucionalistas por su enfoque nacionalista, tiene previsto destinar 200 millones de euros adicionales a la promoción del catalán en los próximos años.
Ada Colau soborna a manteros para su causa
El Consorci per a la Normalització Lingüística también se pronunció, considerando insuficientes los recursos actuales para satisfacer la demanda de cursos de catalán, mientras que Òmnium Cultural urgió a una “respuesta de país” ante la situación. A pesar de las promesas de soluciones, la falta de plazas y las dificultades para acceder a los cursos siguen siendo un problema para los inmigrantes que desean aprender la lengua catalana.
Esta no es la primera vez que el Sindicato Mantero de Barcelona muestra su activismo en favor del catalán. A principios de año, su portavoz, Aziz Faye, lanzó un vídeo bajo el lema “Anem per feina”, alertando que “solo un 30% de la población de Barcelona utiliza el catalán en su día a día”.
Faye instó al Ayuntamiento a fomentar el uso de la lengua catalana en todos los ámbitos, incluyendo la escuela, aunque el uso del castellano como lengua vehicular está limitado en el sistema educativo.
El activismo del SMB no se limita al ámbito lingüístico. En los días previos al referéndum del 1 de octubre de 2017, la asociación defendió en un comunicado el “derecho de los pueblos a decidir su futuro” y criticó al gobierno español por lo que describieron como una “vulneración de derechos y libertades” en Cataluña.
Las subvenciones para la promoción del catalán
El activismo del sindicato ha sido impulsado, en parte, por diversas subvenciones del gobierno municipal de Ada Colau. En 2020, el Ayuntamiento de Barcelona otorgó dos ayudas a la Asociación Popular de Vendedores Ambulantes, una de ellas por 20.000 euros para Top Manta, su marca de ropa, y otra de 37.000 euros para el fortalecimiento del proyecto socioeconómico del colectivo. En plena pandemia, en 2021, también recibieron un contrato de más de 3.500 euros para la confección de mascarillas para el personal municipal.
Es importante señalar que el Sindicato Mantero de Barcelona no está registrado como un sindicato oficial en el Ministerio de Trabajo. Algunos analistas han advertido que la legitimación de este tipo de asociaciones podría no mejorar la situación de los manteros, sino beneficiar a redes ilegales que se enriquecen a través del comercio ilícito.