Imagen: Rave Ciudad Real-EFE
Por tercer año consecutivo, la conocida como Big Fucking Party reúne a miles de personas (5000 según la Policía Nacional) en una rave ilegal para celebrar Año Nuevo, esta vez en Ciudad Real. Los asistentes, que provienen de diferentes puntos de España y de Europa, siguen concentrados “de forma pacífica” en terrenos cercanos al aeropuerto de la ciudad, donde más de 1500 vehículos se encuentran estacionados.
La fiesta comenzó el pasado 31 de diciembre, alrededor de las 21:30 horas, cuando cientos de vehículos colapsaron la autovía A-43, que conecta Ciudad Real con Puertollano. «Estamos asegurando el tráfico por la gran concentración de vehículos y la escasa visibilidad», advertía la Policía Local en sus redes sociales. Sin embargo, la Guardia Civil ha confirmado que los vehículos ya no están colapsando la carretera y que se concentran en el aparcamiento del aeropuerto y terrenos cercanos.
El año pasado la fiesta tuvo lugar en Fuente Álamo, Murcia, y el anterior en La Peza, Granada, donde acudieron más de 8.000 personas convocadas principalmente a través de las redes sociales. El área está siendo vigilada por las fuerzas de seguridad desde las primeras horas de este miércoles. La Policía Nacional ha implementado un dispositivo preventivo para posibles incidentes, aunque hasta ahora la multitud se ha mantenido en una «actitud pacífica» y no se han registrado incidentes. De hecho, algunos asistentes confirman que la policía pasa con frecuencia por la zona para evitar problemas.
La rave continuará hasta el 6 de enero
Teniendo en cuenta la experiencia de años anteriores, se espera que la Big Fucking Party 2025 continúe durante varios días, al menos una semana. El subdelegado del gobierno en Ciudad Real, David Broceño, ha lanzado un mensaje de tranquilidad a los ciudadanos y ha ratificado que los agentes están trabajando para garantizar la seguridad y preservar la tranquilidad. En este sentido, cabe señalar que la fiesta se está celebrando en un lugar apartado, en el que el ruido no molesta a los vecinos.
Hasta el momento, tal y como ha asegurado Broceño, no se prevé el desalojo de los asistentes a la fiesta debido al gran volumen de personas que se encuentran en dicho lugar. «El desalojo de un espacio con 5.000 personas puede ser complejo», ha indicado, agregando que «si existe alguna orden judicial», desalojarán a los asistentes, aunque «lo que nos interesa es que todo transcurra con la mayor tranquilidad posible».
Las autoridades han mostrado su deseo de que la salida de los vehículos una vez finalice la fiesta sea escalonada, para evitar problemas de tráfico. Además, se llevarán a cabo controles aleatorios de alcohol y drogas.
