Imagen: Problema demográfico-Dreamstime
Dos de cada cinco personas en edad de trabajar tendrán más de 50 años en 2030, según recoge un informe publicado este miércoles por la Fundación Adecco, que insta a las empresas a prepararse para la transformación del mercado laboral. Se espera que en los próximos años el aporte de la mano de obra extranjera sea clave para cubrir los puestos de trabajo, a la vez que persisten tareas pendientes como la inclusión de personas con discapacidad.
Actualmente en España hay 137 personas mayores de 65 años por cada cien menores de 16, una proporción que aumentará previsiblemente en los próximos años. Según las proyecciones de población del INE, se espera que en 2030 el peso de la población jubilada o a las puertas de ella alcance las 171 personas mayores de 65 años por cada centenar de niños y adolescentes y siga creciendo hasta las 228 en 2040 y hasta triplicar el número de menores de 16 años en 2050.
Será entonces, dentro de casi 30 años, cuando se prevé que el envejecimiento de la población alcance su máxima expresión, cuando los más jóvenes de la generación del baby boom se acerquen a los 80 años.
«El envejecimiento récord de la población tendrá implicaciones profundas y de largo alcance en el mercado laboral y en el sistema de protección social. Las empresas y el gobierno deberán adaptar sus políticas y estrategias para abordar las necesidades de una fuerza laboral cada vez más envejecida, así como el peso de una población dependiente en crecimiento», explica el director general de la Fundación Adecco, Francisco Mesonero.
Al mismo tiempo, el centro de estudios apunta a que el envejecimiento también supone una oportunidad para las empresas a la hora de diseñar productos y servicios pensados para una población cada vez más longeva y activa.
Adecco señala la «necesidad» de mano de obra extranjera
Además, para mantener el ritmo de crecimiento económico, Adecco recalca que se necesita la llegada de trabajadores extranjeros. En concreto, señala que se espera que España reciba 7 millones de inmigrantes en las dos próximas décadas «con potencial para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente».
«La población extranjera no solo ayudará a mitigar los efectos de una población envejecida, rejuveneciendo la fuerza laboral y contribuyendo a la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social, sino que, como consumidores, contribuirán también a la expansión de la economía», explica el informe, que subraya la necesidad de implementar mecanismos para garantizar la protección de los derechos laborales de los trabajadores inmigrantes.
Otro ”reto enquistado” que señala el informe es la incorporación al mercado laboral de las personas con discapacidad. La participación de este colectivo en la población activa se encuentra estancada en torno al 35%, lo que significa que un 65% de las personas con discapacidad en edad de trabajar no tiene empleo ni lo busca.
Además, el 70% de las contrataciones se producen en centros especiales de empleo, frente a apenas un 30% en empresas ordinarias. «Aunque se van dando pasos importantes, siguen imperando tics históricos y culturales que asocian a las personas con discapacidad con menor productividad o mayor absentismo».