El Banco de España está preparando la activación del colchón de capital anticíclico en los próximos días, una medida destinada a la banca para aumentar sus reservas en un momento en que está registrando resultados históricamente altos. Esta acción busca fortalecer la capacidad de la banca para mantener el flujo de crédito durante periodos de debilidad económica.
Un refuerzo de la solvencia de las entidades
Confirmado por el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ante el Congreso, el colchón de capital anticíclico (CCA) es un porcentaje establecido por el Banco de España cada trimestre para aplicarlo a la exposición crediticia de los bancos. Se activa durante fases alcistas de los ciclos de crédito mediante un aumento de los requerimientos de capital, con el objetivo de reforzar la solvencia de las entidades.
Acumular capital para momentos adversos
Actualmente, el porcentaje se sitúa en un 0 % y podría aumentar en alrededor de medio punto para 2025 y otro medio punto para 2026, lo que requeriría que el sector acumule alrededor de 7.000 millones de euros adicionales en capital. Esta medida se considera esencial para proporcionar más capital disponible en momentos de ciclos económicos adversos, lo que ayudaría a mantener el flujo de crédito hacia la economía real y contribuiría a la estabilización macroeconómica.
Deterioro en la calidad de los créditos
La posible elevación del colchón de capital anticíclico se plantea para reforzar la protección de las carteras crediticias de los bancos, en un momento en que se considera que los riesgos sistémicos cíclicos están en un nivel «intermedio». La Autoridad Bancaria Europea (EBA) recientemente señaló los primeros signos de deterioro en la calidad de los créditos en las entidades que supervisa, aunque a niveles aún lejanos de los preocupantes observados hace una década.
El sector bancario español se consolida
En cuanto a la solvencia, medida por el ratio CET1 de capital de máxima calidad, la banca española muestra una diferencia significativa con respecto a la media europea, situándose por debajo del 13 % en el cuarto trimestre del año pasado, frente al 15,9 % europeo. A pesar de esta brecha, el sector bancario español se considera bien capitalizado y solvente, lo que lleva a algunos expertos a cuestionar la necesidad de endurecer los requerimientos de capital en este momento, ya que podría afectar negativamente a las ratios de rentabilidad de la banca.