El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) se reunirá este jueves en Fráncfort para decidir sobre la política monetaria sin la presencia de un gobernador español. Es la primera vez en los 26 años de historia de la institución que España no cuenta con su representante titular en una cita tan importante. Este hecho ha causado sorpresa y, más recientemente, vergüenza.
Hace mes y medio, el Ejecutivo de Pedro Sánchez decidió no nombrar a tiempo al sustituto de Pablo Hernández de Cos en el Banco de España, cuyo mandato expiraba el 10 de junio. Actualmente, lo que genera bochorno es la imagen que se proyecta en la Eurozona al enviar a una “suplente”, la subgobernadora Margarita Delgado, a una reunión clave para decidir el rumbo de los tipos de interés.
El impacto de esta situación no solo se percibe a nivel interno, sino también en el ámbito internacional. La web oficial del BCE muestra una imagen inusual: fotografías de todos los representantes del Consejo de Gobierno, excepto la del gobernador español, que aparece con un mensaje: “Pendiente de nombramiento”.
La ausencia del gobernador español no se justifica por un motivo comprensible. La única razón es el empeño del Gobierno por imponer un candidato con perfil político, lo que ha derivado en otro choque frontal con el Partido Popular (PP). España vuelve a destacar negativamente ante la Eurozona debido a la incapacidad de alcanzar acuerdos clave, disipando el optimismo que había generado en Bruselas el reciente pacto de la Justicia. Además, el “culebrón” del Banco de España se desarrolla en paralelo a las maniobras de Moncloa para amordazar a los medios de comunicación críticos.
Es la primera vez en 26 años que el BCE se reúne sin un gobernador español
Este vacío de poder ha sido notado por los inversionistas europeos. El Financial Times se hizo eco de esta anomalía, reflejando la preocupación de los mercados. Esta publicación es una referencia para los inversores que operan en Londres y en las principales bolsas europeas.
En Fráncfort se recuerda la última vez que una de las grandes economías de la Eurozona no envió a su gobernador a una reunión del BCE para fijar los tipos de interés. Fue a principios de enero de 2006, cuando el gobernador italiano, Antonio Fazio, dimitió tras ser investigado por la Fiscalía de Milán por uso de información privilegiada.
Su puesto fue ocupado poco después por Mario Draghi, quien se convertiría más tarde en presidente del BCE. La situación actual de España es vista con preocupación tanto dentro como fuera del país, y pone en evidencia las tensiones políticas internas que afectan la estabilidad y la imagen de las instituciones financieras españolas en el contexto europeo.