Ayer sábado se cumplieron siete años desde que Barcelona fue objetivo del terror de Daesh. Una furgoneta cometió un atropello masivo en Las Ramblas que dejó cientos de heridos y siete años después de los atentados en La Rambla, el dolor regresa con una ceremonia conmemorativa del 17 -A. Al mismo tiempo, un grupo de personas ha protestado en silencio detrás del escenario del homenaje.
En el séptimo aniversario de los atentados de Las Ramblas, la imagen más impactante ha sido la de la madre de Julian Alessandro Cadman, el niño australiano de 7 años que murió en el ataque. Sentada con una muleta, llorando y abrazando el retrato de su hijo, su dolor ha resurgido intensamente en el Pla de l’Ós. El homenaje a las víctimas del ataque del 17 de agosto de 2017, perpetrado por Younes Abouyaaqoub, ha renovado el sufrimiento en Barcelona. El retrato sonriente de Cadman y un muñeco de Ironman en las jardineras del memorial reflejan las vidas perdidas ese día sin sentido.
Tras el emotivo homenaje a las víctimas de los atentados en La Rambla, las autoridades también depositaron claveles blancos en el lugar: el nuevo conseller de Justicia, Ramón Espadaler; el delegado del Gobierno en Cataluña, Carles Prieto; el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; el president del Parlament, Josep Rull; y la nueva consellera de Interior, Nuria Parlón.
El nuevo president de la Generalitat, Salvador Illa, no estuvo presente. También participaron representantes de cuerpos de seguridad y emergencia, como Mossos, Guardia Urbana, Policía Nacional, Guardia Civil, Bombers, SEM y CUESB, así como miembros de todos los partidos políticos del plenario municipal y líderes políticos de Cataluña, como Ferran Pedret (PS), Laura Borràs (Junts) y Sílvia Orriols, alcaldesa de Ripoll y líder de Aliança Catalana.
Paralelamente, una decena de personas protestaron en silencio detrás del escenario del homenaje, acusando al Estado de complicidad en los atentados y cuestionando las relaciones entre el CNI y el imám de Ripoll, Abdelbaki Es Satty.
Al final del acto, las víctimas entregaron una carta a los políticos presentes con varias peticiones: crear un protocolo de atención para después de los atentados, establecer una legislación autonómica propia en Cataluña, reabrir una oficina de atención a las víctimas del terrorismo cerrada en 2010 debido a recortes, y crear un centro de memoria sobre el terrorismo en Cataluña.
Robert Manrique, ex responsable de la extinta Asociación UAVAT, expresó la frustración de las víctimas, afirmando que los actos de homenaje están muy bien, pero el trato asistencial durante el resto del año se ha olvidado. Manrique pidió más respeto y sensibilidad hacia las víctimas, esperando que la ocasión impulse una reflexión y mejora en el apoyo a los afectados.