En respuesta a las consecuencias de la devastadora DANA del pasado 29 de octubre, las localidades valencianas de Cheste, Ribarroja, Buñol y Picanya han comenzado a recuperar sus accesos gracias a la intervención de las Fuerzas Armadas. Ingenieros, pontoneros y zapadores del Ejército de Tierra y de la Unidad Militar de Emergencias (UME) están instalando puentes provisionales que suplen las estructuras dañadas por la riada, devolviendo la conectividad tanto a los vecinos como al tejido industrial de la zona.
Puentes tipo ‘Mabey’
La solución técnica utilizada para esta misión son los puentes tipo Mabey, estructuras modulares altamente versátiles que pueden alcanzar hasta 81 metros de longitud. Estas infraestructuras, diseñadas para un montaje ágil, permiten ser instaladas en apenas 48 horas, siempre y cuando el terreno esté preparado y los materiales se encuentren en la zona de montaje. Antes de la instalación, los equipos militares llevan a cabo un minucioso reconocimiento del terreno y desarrollan un protocolo detallado para garantizar la seguridad y eficiencia del proceso.
Con equipos compuestos por 30 efectivos que trabajan en turnos de día y noche, la instalación de los puentes avanza rápidamente para reducir al mínimo el impacto de los daños. El objetivo es que estas estructuras permanezcan operativas el tiempo que sea necesario, hasta que las administraciones reparen las infraestructuras originales afectadas por la riada.
El impacto de esta operación va más allá de la conexión física. La instalación de los puentes provisionales supone un alivio inmediato para las comunidades afectadas, devolviendo la movilidad esencial para los vecinos y facilitando la reactivación de la actividad económica en la región. Las industrias locales, muchas de las cuales dependen de un acceso constante para la distribución y recepción de materiales, podrán retomar su actividad tras semanas de incertidumbre.
Esta no es la primera vez que las Fuerzas Armadas emplean los puentes Mabey para responder a emergencias. La UME ya demostró su capacidad en Mestanza (Ciudad Real) en 2009 y en Boquiñeni (Zaragoza) en 2015, mientras que el Ejército de Tierra utilizó esta tecnología en Aldea del Fresno (Madrid) tras la DANA de 2023. Ahora, la experiencia acumulada se aplica en las localidades de Cheste y Buñol, a cargo de la UME, y en Ribarroja y Picanya, donde opera el Ejército de Tierra.