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El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha revisado al alza sus previsiones para la economía española en 2024, proyectando un crecimiento del PIB del 2,9%, lo que posiciona a España como la economía más dinámica entre los países avanzados. Sin embargo, el panorama no es tan favorable en términos presupuestarios.
A pesar de que el FMI espera que el déficit cierre en 2023 en un 2,95% y descienda ligeramente al 2,77% en 2024, advierte que a partir de 2026 el desequilibrio entre ingresos y gastos públicos comenzará a aumentar nuevamente, estabilizándose en el 2,8% para 2029. Esta cifra contrasta con las proyecciones del Gobierno español, que se ha comprometido a reducir el déficit al 1,5% del PIB para esa misma fecha.
Deuda pública: un ajuste insuficiente
Las previsiones sobre la deuda pública tampoco son alentadoras. Aunque el FMI proyecta una disminución progresiva, estima que en 2029 la deuda será del 97,1% del PIB, lejos del 94,8% que prevé el Ejecutivo. Este pronóstico, que incluye la revisión del PIB realizada por el INE, supone una mejora respecto a las previsiones anteriores del Fondo, que situaban la deuda en el 104,1% para 2028. No obstante, el Gobierno español espera una reducción más intensa, confiando en que las nuevas reglas fiscales europeas ayuden a lograr un descenso más significativo del pasivo.
El plan fiscal del Gobierno y los retos pendientes
El Ejecutivo ha presentado un plan fiscal estructural a Bruselas en el que se compromete a que el gasto primario neto no crezca más del 3,4% hasta 2028, con el objetivo de reducir el déficit y la deuda. Sin embargo, el FMI no ha tenido en cuenta este plan en sus proyecciones, y las medidas concretas para alcanzar los objetivos siguen siendo un interrogante. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha adelantado que las prioridades se centrarán en áreas clave como la vivienda, la inmigración y el clima empresarial, además de la sostenibilidad presupuestaria, que incluirá reformas en las pensiones y la fiscalidad.
La presión fiscal y el mercado laboral
A pesar del crecimiento económico previsto, el FMI no ve probable que España cierre la brecha de presión fiscal que la separa de la media europea. De hecho, pronostica que los ingresos públicos disminuirán del 41,9% del PIB en 2023 al 40,7% en 2029, mientras que los gastos se mantendrán en el 43,5%. Por otro lado, en el mercado laboral, el FMI prevé un aumento de la ocupación de más de 300.000 personas hasta 2025, con una tasa de paro que seguirá bajando, aunque se mantendrá en el 11% para 2029.
Inflación bajo control
Una de las notas positivas del informe es la evolución de la inflación. Tras el repunte de precios registrado en 2022, con un crecimiento anual del 8,3%, el FMI proyecta que la inflación se moderará y se estabilizará en torno al 2% a partir de 2025, coincidiendo con el objetivo del Banco Central Europeo.