Las fuertes lluvias sucedidas en Paiporta el pasado 29 de octubre provocaron el desbordamiento de la rambla del Poyo. Dicha riada tuvo lugar poco antes de que se enviara un correo electrónico por parte de la CHJ, Conferencia Hidrográfica del Júcar. El cual se envió poco después de las 18 horas a la Generalitat valenciana.
En el momento en el que se envió el correo electrónico a la presidencia de la Comunidad de Valencia, la crecida de la riada era incontrolable. Según un documento interno del Ejecutivo valenciano al que ha tenido acceso el medio The Objective: “la crecida espectacular del caudal ya estaba devastando poblaciones como Paiporta”.
María Isabel Albalat, alcaldesa socialista de Paiporta, confirmó el pasado jueves en TVE que después de las siete de la tarde del 29 de octubre llamó “personalmente” a Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Con el fin de avisarle de que estaba viendo cómo se inundaba Paiporta y que iba a morir mucha gente.
A la hora a la que se hizo esa llamada, se encontraba reunido desde las cinco de la tarde el Centro de Coordinación Operativo Integrado, Cecopi. En esta reunión se encontraba un representante de la CHJ junto con miembros de la Delegación del Gobierno, la Unidad Militar de Emergencias (UME), Diputación de Valencia, Consorcio de Bomberos y Cuerpos y Fuerzas del Estado.
El Gobierno avisó con retraso a Mazón del crecimiento de la riada en Paiporta
En el informe interno del Ejecutivo valenciano al que ha tenido acceso The Objective, se señala como causa determinante para que no se avisase a la población del desbordamiento del río y el consiguiente riesgo de salir de sus casas. Los mensajes y llamadas que se hicieron en relación al barranco del Poyo empezaron con un correo electrónico a las 11 de la mañana. En el que la CHJ avisó a Emergencias de la Comunidad Valenciana que el caudal llevaba 264 metros cúbicos por segundo con “tendencia ascendente” y que la crecida está produciéndose “muy rápida”.
Aunque a las 13.42 se comunicó desde este organismo estatal encargado de medir e informar del nivel de los cauces, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, que el caudal bajaba a la mitad, unos 120 m3 por segundo. Emergencias no desactivó la alerta hidrológica.
En este momento, los esfuerzos y la atención de la Generalitat valenciana estaban centrados en la zona de Utiel y Requena, debido al desbordamiento del río Magro. Motivo por el que el equipo de Carlos Mazón solicitase la intervención de la UME unos minutos después de las 15.00 horas. Había “un riesgo extremo” para la primera de esas localidades por culpa de las inundaciones y es allí donde se dirigieron los primeros 500 militares movilizados de dicha unidad.