La prometida reforma del Reglamento del Congreso, anunciada en marzo de este año con el objetivo de adaptar los 207 artículos al lenguaje inclusivo, está paralizada. A pesar de que el Gobierno la presentó como una medida clave para «visibilizar las contribuciones de las diputadas», el avance de esta propuesta se ha frenado, principalmente por el temor del Ejecutivo a que enmiendas del Partido Popular prosperen.
La urgencia inicial contrasta con el estancamiento actual
Tras ser presentada en el Congreso, la reforma fue rápidamente admitida a trámite y su tramitación se consideró de urgencia, lo que permitía una lectura única en el pleno. Sin embargo, siete meses después, la reforma se encuentra bloqueada. El Gobierno, que en su momento apostaba por sacar adelante esta medida de forma inmediata, ahora teme que algunas enmiendas del PP, en especial una que busca destrabar el flujo legislativo entre el Senado y el Congreso, puedan provocar una serie de derrotas parlamentarias.
El temor a las enmiendas y el bloqueo en la ponencia
La presidenta del Congreso, Francina Armengol, no ha convocado la ponencia encargada de elaborar el informe necesario para continuar con la reforma. Fuentes cercanas a Armengol han justificado este retraso afirmando que se necesita un consenso amplio antes de proceder con una modificación que afecta a la mayoría de los artículos del Reglamento. Sin embargo, esta misma urgencia no fue un obstáculo cuando se trató de incluir el uso de lenguas cooficiales en el pleno.
Entre las enmiendas presentadas, una de las más polémicas es la número 15, impulsada por el Partido Popular. Esta propone establecer plazos para que las proposiciones de ley procedentes del Senado no puedan ser bloqueadas indefinidamente por la Mesa del Congreso, una práctica que el Gobierno ha utilizado para evitar que normas aprobadas en la Cámara Alta con apoyo de partidos como el PNV o Junts lleguen al pleno del Congreso. De ser aprobada esta enmienda, el Ejecutivo podría enfrentarse a derrotas significativas en leyes de relevancia social, como la reducción del IVA en las peluquerías o la ley de ocupación.
Reforma exprés paralizada: un cronograma frustrado
- 2 de marzo de 2024: el PSOE y Sumar presentan la propuesta de reforma del Reglamento del Congreso para adaptarlo al lenguaje inclusivo, cumpliendo así con un compromiso de investidura.
- 5 de marzo de 2024: la Mesa del Congreso admite a trámite la propuesta por el procedimiento de urgencia y en lectura única.
- 19 de marzo de 2024: el Pleno del Congreso aprueba la toma en consideración de la reforma, pese a la oposición del Partido Popular y Vox.
- 15 de abril de 2024: concluye el plazo de enmiendas, con 19 presentadas, incluidas varias del PP. Desde entonces, el proceso se ha estancado, y la presidenta Armengol no ha convocado la ponencia encargada del informe necesario para avanzar en la tramitación.