El reciente anuncio de una posible operación de adquisición hostil por parte del BBVA sobre el Sabadell . El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, reveló en una entrevista televisiva la postura firme del Gobierno ante esta propuesta, expresando su oposición y advirtiendo sobre las posibles consecuencias negativas que podría acarrear para el mercado.
Desde una inicial posición contemplativa, el Gobierno ha virado hacia una oposición frontal, argumentando que la operación podría introducir una volatilidad e inestabilidad adicionales en el mercado. Este cambio de postura ha sido explicado como una medida de protección económica y financiera, centrada en la cohesión territorial y el mantenimiento de la estabilidad del sector bancario español.
Desplome en las acciones del BBVA
El impacto de esta intervención gubernamental se reflejó rápidamente en los mercados financieros, con un desplome del 6,7% en las acciones del BBVA y un aumento del 3,2% en las del Sabadell tras el anuncio de la operación. Sin embargo, las acciones del BBVA han mostrado cierta recuperación, mientras que las del Sabadell han experimentado un ligero descenso.
El Gobierno ha dejado claro que su opinión primará sobre la evaluación de los supervisores financieros, incluso si estos no muestran objeciones significativas a la operación. Esta postura refleja una visión más amplia que incorpora elementos de política económica y financiera, como el impacto en el empleo, la estabilidad financiera y la cohesión territorial.
A pesar de las preocupaciones planteadas por el Gobierno, algunos críticos han cuestionado si esta intervención representa una interferencia excesiva en el libre funcionamiento del mercado. Además, se ha señalado que la posición del Gobierno podría estar influenciada por consideraciones políticas, especialmente en el contexto electoral en Cataluña.
La interferencia del Gobierno en la fusión propuesta entre BBVA y Sabadell plantea importantes preguntas sobre el equilibrio entre la protección del interés público y la intervención en el mercado. El desarrollo futuro de esta situación estará marcado por la interacción entre los actores políticos, financieros y regulatorios.