El Gobierno de Sánchez ha aprobado en el Consejo de Ministros una reforma de la Ley de extranjería, con la que pretende regularizar 900.000 inmigrantes en los próximos tres años, lo que significa que 300.000 inmigrantes serán regularizados cada año.
Este cambio en la norma ampliará también la duración de los visados de búsqueda de empleo. Además, creará dos nuevas figuras de autorización de residencia por arraigo y suaviza los requisitos para la reagrupación familias de migrantes con nacionalidad española.
Ésta forma parte de la cuarta reforma llevada a cabo en la Ley de extranjería desde el 1018, que es cuando Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno por primera vez. Las tres anteriores se enfocaron en los estudiantes, los menores acompañados y la creación de la figura del arraigo. Ahora, el Ejecutivo vuelve a poner el foco en la incorporación al empleo de personas en situación irregular.
Elma Saiz, ministra encargada de Migraciones, considera que esta reforma es la “más integral y ambiciosa” que se ha realizado desde que se creó este reglamento en el año 2011. La ministra ha señalado que: “El reglamento va a servir para combatir mafias, para combatir fraudes y para combatir la vulneración de derechos”. Añade también que “se simplifican procedimientos, se eliminan duplicidades y se dan mayores garantías y rigor jurídico”.
Esta es la cuarta reforma que se hace sobre la ley de extranjería desde 2018
En primer lugar, el Gobierno ha renovado el sistema de visados de residencia y le ha otorgado un apartado específico dentro de la norma. En segundo lugar, el Ejecutivo ha actuado sobre la figura del arraigo, que permite obtener permisos de residencia por circunstancias excepcionales.
Elma Saiz ha señalado que según datos obtenidos por su departamento a finales del año pasado había más de 210.000 personas con autorización por arraigo en España: “Gracias a estas figuras, con las novedades que hemos incorporado, estimamos que se podrían regularizar unas 300.000 personas cada año en los próximos 3 años”.
El nuevo reglamento de extranjería se aprueba en un momento en el que el sentimiento contrario a la inmigración se abre paso entre la opinión pública. El creciente sentimiento antiinmigración surge en un momento en el que la población extranjera ha aumentado considerablemente en los últimos dos años al calor del buen momento económico que atraviesa el país.