Ion Antolín, ex secretario de Estado de Comunicación, ha vuelto a asumir la dirección de comunicación del PSOE apenas 17 días después de abandonar su puesto en Moncloa alegando problemas de salud. Su regreso, confirmado el pasado viernes durante la primera reunión del año de la Ejecutiva Federal socialista, ha generado tensiones internas en Ferraz y ha avivado especulaciones sobre los motivos reales de su renuncia.
Antolín, figura clave en el equipo de comunicación del PSOE desde 2022, dejó su cargo en Moncloa a finales de diciembre, tras solo 20 días en el puesto. En su momento, justificó su salida por motivos de salud, argumentando que su cuerpo le pedía un descanso. Sin embargo, su reincorporación tan rápida a un rol igualmente demandante ha levantado sospechas dentro del partido y en el entorno político.
Motivos de salud en entredicho
Aunque Antolín declaró públicamente que necesitaba tiempo para descansar, fuentes cercanas al partido han revelado otra versión. Según estas, su renuncia se produjo tras conocer detalles del caso de filtración de datos del novio de Isabel Díaz Ayuso, en el que varios cargos de Moncloa, incluido Antolín, aparecían mencionados en un informe de la UCO. Este escándalo, que investiga una presunta revelación de secretos, habría sido el verdadero detonante de su decisión.
A pesar de ello, Pedro Sánchez permitió su regreso al PSOE como director de comunicación. Fuentes internas sugieren que esta decisión responde a la estrecha relación entre Antolín y el presidente, quien le habría mostrado su apoyo en este complejo contexto.
El retorno de Antolín no ha estado exento de conflictos en la sede socialista. Su llegada ha generado malestar entre los miembros del equipo de comunicación, especialmente en Javier López, quien había sido designado provisionalmente para el puesto director de comunicación del PSOE. López, visiblemente molesto, no asistió a su oficina el día del regreso de Antolín, argumentando estar enfermo. Según fuentes cercanas, su ausencia reflejaría el descontento por el incumplimiento de la promesa de consolidarlo en el cargo.
La crispación en Ferraz es palpable. Algunos consideran que Antolín utilizó los problemas de salud como excusa para abandonar Moncloa, mientras que otros creen que su regreso es una maniobra política respaldada por Sánchez para preservar el control del partido en un momento delicado.
El contexto de su renuncia y regreso no es el único factor que ha encendido las alarmas. La cercanía entre la salida de Antolín de Moncloa y el estallido del escándalo de filtraciones sobre Ayuso plantea interrogantes sobre su implicación y la verdadera naturaleza de su salida. Además, su retorno refuerza la percepción de que Pedro Sánchez sigue apostando por figuras de confianza, incluso en medio de controversias.
Mientras Antolín retoma sus funciones, el PSOE enfrenta un inicio de año marcado por la necesidad de gestionar estas tensiones internas y la atención mediática que su regreso ha generado. Por ahora, queda por ver cómo evolucionará su papel en un escenario político cada vez más complejo.