El Partido Nacionalista Vasco (PNV), aliado en el Gobierno de Pedro Sánchez, está ejerciendo presión sobre el presidente para obtener la autorización de la posible fusión entre el BBVA y el Banco Sabadell, con un interés puramente financiero: asegurar un incremento en la recaudación de impuestos que resultaría de esta integración, según informantes cercanos al partido nacionalista.
La dirección del BBVA compartió su propuesta de adquisición del Sabadell con el PNV antes de presentarla al consejo del partido, recibiendo así un respaldo para persuadir al Gobierno de aprobar la operación. Esta postura marca un distanciamiento del PNV con respecto al propio Ejecutivo, el PSOE y sus aliados nacionalistas en Cataluña, quienes criticaron la oferta hostil del BBVA sobre el Sabadell y anunciaron planes de vetar una eventual fusión. El BBVA, con su sede fiscal en Bilbao, es uno de los principales contribuyentes al erario público del País Vasco, y la adición del Sabadell aumentaría su actividad y, por ende, la recaudación fiscal en la región.
Sin embargo, la fusión plantea preocupaciones fiscales para la Comunidad Valenciana, donde el Sabadell tiene su sede desde 2017. El presidente de la región, Carlos Mazón, expresó su oposición a la operación, argumentando pérdida de valor, empleo y competencia, además de la potencial pérdida de actividad económica en la región.
El PNV, consciente del rechazo generalizado a la operación, aún no ha hecho una declaración pública de apoyo, pero se espera que ejerza presión sobre el Gobierno para su aprobación, aunque esto podría costarle políticamente.
La adquisición del Sabadell requiere dos autorizaciones: una para la oferta pública de adquisición (OPA), a cargo de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), y otra para la fusión, que sería decidida directamente por el Gobierno.