Hoy vence el plazo para que el Gobierno retire la controvertida reforma de la Ley Orgánica 7/2014, que acelerará la excarcelación de más de 40 presos etarras. A pesar de la presión del Partido Popular (PP), que logró retrasar la votación en el Senado utilizando su mayoría absoluta, el Ejecutivo ha dejado claro que no dará marcha atrás. Aunque hoy la cámara alta votará en contra de la reforma, este acto será simbólico, ya que no podrá revertir la decisión. La modificación se aprobará y se publicará en el Boletín Oficial del Estado (BOE), sin haber sido vetada o enmendada por el PP durante el proceso parlamentario.
Crisis interna en el PP por la reforma y el caso Koldo
La aprobación de esta reforma ha desencadenado una profunda crisis interna en el Partido Popular. El líder del partido, Alberto Núñez Feijóo, calificó como «error injustificable» la falta de atención de los diputados del PP que no detectaron las implicaciones de las enmiendas introducidas por el partido Sumar en julio. El propio PP votó a favor del texto en el Congreso el 18 de septiembre, junto con el resto de los grupos parlamentarios, incluido Vox. Este desliz ha provocado una oleada de críticas dentro del partido, con altos cargos señalando que se trata del error más grave desde que Feijóo asumió el liderazgo en abril de 2022.
Las críticas han sido comparadas con el incidente protagonizado por Alberto Casero, quien, por un error en su voto, permitió la aprobación de la reforma laboral del Gobierno. Sin embargo, el PP ha aprovechado las nuevas revelaciones del caso de presunta corrupción que involucra al exministro socialista José Luis Ábalos para desviar la atención de su crisis interna.
El PP opta por el silencio ante su error legislativo
Durante la semana pasada, los líderes del PP evitaron abordar públicamente su error en la votación de la reforma que beneficia a los presos etarras. Un ejemplo claro de este cambio de enfoque es el argumentario enviado a los barones del partido el jueves. En el documento no se menciona en absoluto el tema de los beneficios penales a los etarras, a pesar de que la presión interna alcanzaba su punto máximo en ese momento. En cambio, el partido centró sus esfuerzos en señalar las acusaciones de corrupción contra el PSOE y en resaltar la importancia de otras iniciativas, como la Ley ELA.
Fuentes del partido han revelado que la directriz interna era clara: centrar el discurso en la «treta parlamentaria» entre Bildu y el Gobierno, y evitar cualquier tipo de autocrítica o asunción de responsabilidades por el error en la votación. Aunque algunos miembros del partido creen que deberían producirse dimisiones, especialmente entre los tres ponentes de la norma, Génova ha descartado esa opción. La dirección argumenta que sería injusto culpar a los «eslabones más débiles» por lo que consideran un fallo colectivo.