Imagen: El presidente del Parlament balear, Gabriel Le Senne (Vox), antes del pleno extraordinario que ha debatido su destitución Tomàs Moyà / Europa Press
Gabriel Le Senne (Vox) seguirá a la cabeza del Parlament Balear después de que el PP se haya abstenido durante el pleno extraordinario celebrado este martes. Finalmente, tras un acalorado debate en el hemiciclo, el PP ha salvado del cese a Le Senne, cuya destitución fue instada hace más de dos meses por los grupos de la oposición. El pasado 18 de junio, el parlamentario rompió el retrato de la republicana Aurora Picornell y de las conocidas como ‘rojas del Molinar’, fusiladas por los franquistas la noche de reyes de 1937.
Le Senne, por su parte, se ha reafirmado en su actitud en presencia, además, de varios miembros de la asociación Memòria de Mallorca, una de las entidades que se ha mostrado más activas desde que desgarrara los retratos. Durante su intervención, el alto cargo de Vox ha acusado a los partidos de izquierdas, a partir de un acto que ha calificado de “accidental e inintencionado”, de “organizar un circo que han estirado durante más de dos meses” y de “montar una campaña de acoso basada en la mentira y el uso político de la justicia”.
“Han hablado de atentado como si fuera un terrorista, han reunido a sus huestes para gritar ‘Gabriel Le Senne puto nazi’ a las puertas del Parlament. E incluso he recibido amenazas de muerte”, ha proclamado en referencia a los hechos por los que se encuentra imputado por un presunto delito de odio. Está citado a declarar el próximo 27 de septiembre, a las 9:30 horas, en los juzgados de Instrucción de Palma. “Les animo a pasar página, todos nos hemos comportado este martes de forma muy civilizada y me gustaría que siguiéramos así”, ha añadido.
El discurso de Le Senne
Le Senne ha asegurado que, en el momento de los hechos, “ignoraba la identidad concreta” de quienes figuraban en la fotografía, que se encontraba expuesta en la tapa del ordenador de la diputada socialista Mercedes Garrido. “Al principio hice caso omiso, pero después me empezaron a llegar quejas por privado de PP y Vox. Al crecer la intensidad de las mismas, decidí hablarlo con Garrido”, ha relatado.
El presidente de la Cámara había iniciado su discurso lamentando que el motivo fuese la remoción instada para apartarle, “cuando los baleares y el conjunto de los españoles esperan que dediquemos nuestro tiempo a otras causas más importantes como la invasión migratoria que padecemos, la creciente inseguridad, el envejecimiento de la población por la falta de natalidad” o “la crisis institucional y nacional en la que nos hallamos”, desplegando con estas palabras parte del discurso que enarbola la extrema derecha.