Imagen: EFE
El Partido Popular español redobla esfuerzos en Bruselas para bloquear el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión Europea y comisaria de Competencia. En lo que ellos mismos califican como el «momento decisivo» de la negociación, Génova centra su estrategia en movilizar a los eurodiputados del Partido Popular Europeo (PPE) y presionar para que la elección de Ribera se someta a una votación secreta en urna.
El objetivo: deslegitimar a Ribera en el proceso
Desde el PP reconocen que, aunque Ribera sea finalmente elegida, el simple hecho de forzar una votación secreta ya supondría una «derrota moral» para el Gobierno español. «Queremos demostrar a la opinión pública que hemos hecho todo lo posible para evitar su nombramiento«, señalan fuentes del partido. Además, aseguran que utilizarán su influencia para poner en duda la idoneidad de Ribera durante toda su legislatura.
El PP europeo plantea incluso condiciones para suavizar su oposición: que Ribera se comprometa a dimitir si es imputada por algún caso judicial, como los relacionados con su gestión de la DANA en Valencia. Sin embargo, el Gobierno y Ribera han rechazado tajantemente esta cláusula.
Votación secreta: el arma de doble filo
El reglamento del Parlamento Europeo contempla que, si un candidato no logra el apoyo de dos tercios de las comisiones encargadas de su evaluación, la decisión pase a una votación secreta entre todos los eurodiputados de esas comisiones. En el caso de Ribera, serían 180 votos en juego, con resultados más impredecibles por la falta de disciplina de voto.
El PP está confiado en alcanzar esta fase, argumentando que sus posibilidades de bloquear a Ribera aumentarían gracias al apoyo de grupos de ultraderecha y a las «fugas de voto» en otros bloques políticos.
Alemania y la oposición interna
La candidatura de Ribera también enfrenta reticencias dentro del PPE, especialmente entre los conservadores alemanes. Durante su audiencia en el Parlamento Europeo, Peter Liese, portavoz del PPE de Medio Ambiente, criticó duramente la idoneidad de Ribera, señalando que «sus políticas sectarias y su actitud arrogante» no convencen a la delegación alemana, la más numerosa dentro del PPE.
Por otro lado, desde Génova apelan directamente a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, para que reconsidere el apoyo a Ribera. «¿Hasta qué punto está dispuesta a defender a una candidata tan cuestionada?», preguntan fuentes cercanas a Alberto Núñez Feijóo.
El desgaste político en juego
El equipo de Feijóo se esfuerza por explicar a los eurodiputados los riesgos de elegir a una candidata que consideran vulnerable ante posibles escándalos. «No podemos exportar un perfil que pueda manchar la reputación de la Comisión«, insisten.
Mientras tanto, Ribera continúa defendiendo su idoneidad para el cargo, respaldada por el Gobierno español, aunque el bloqueo impulsado por el PP amenaza con convertir su candidatura en una batalla política con implicaciones tanto en Bruselas como en Madrid.