La esposa del presidente del Gobierno Pedro Sánchez, en los últimos meses ha sido debate debido a una serie de investigaciones judiciales relacionadas con presunto tráfico de influencias. El caso ha sido impulsado por una serie de testificaciones y declaraciones de testigos que sugieren que su ascenso en ciertas instituciones, como el Instituto de Empresa (IE) y la Universidad Complutense, estuvo vinculado a su relación con el presidente del Ejecutivo.
IE África Center
Uno de los puntos más críticos en esta investigación es el cargo de Begoña Gómez como directora del IE África Center, una institución creada por el Instituto de Empresa para promover la innovación en el continente africano. Según el presidente del IE, Diego del Alcázar, Gómez no pudo asumir este puesto hasta que Pedro Sánchez llegó a la presidencia del Gobierno. Del Alcázar declaró que, aunque Gómez había mostrado interés en colaborar con el IE desde 2017, no fue hasta después de la llegada de Sánchez a la Moncloa cuando se pudo concretar su nombramiento.
Este proceso de contratación ha sido cuestionado debido a los vínculos que el IE África Center desarrolló con empresas cercanas a Gómez, como las de Javier Hidalgo, exCEO de Globalia, y Juan Carlos Barrabés. De acuerdo con los testimonios recogidos, Gómez habría tenido un rol activo en la búsqueda de patrocinadores para la cátedra, lo que ha levantado sospechas sobre posibles influencias indebidas aprovechando su cercanía con figuras empresariales y su relación con el presidente.
Testimonios
A lo largo del proceso judicial, ocho testigos han detallado cómo Begoña Gómez impulsó su carrera en el IE y consiguió patrocinios. Entre ellos destaca la declaración de Leticia Lauffer, exdirectora de Wakalua, filial de Globalia, quien explicó que conoció a Gómez en una asamblea de la Organización Mundial del Turismo en 2019, en San Petersburgo. En este evento también participó Víctor de Aldama ,un comisionista involucrado en el polémico caso Koldo y cercano tanto a Hidalgo como a Gómez.
Lauffer confirmó que fue Javier Hidalgo quien le presentó a Gómez con la frase: «Es la mujer del presidente», lo cual refuerza la percepción de que su relación con Sánchez jugó un papel crucial en sus interacciones con empresarios y en la obtención de fondos para proyectos como el African Center, que recibió 40.000 euros de patrocinio de Wakalua.
El otro frente abierto en esta investigación se centra en la cátedra extraordinaria que Begoña Gómez consiguió en 2020 en la Universidad Complutense de Madrid. Cuatro testigos han arrojado luz sobre el proceso de creación de esta cátedra, que también está siendo objeto de escrutinio por el juez Juan Carlos Peinado.
El rector de la Complutense, Joaquín Goyache, declaró que fue contactado directamente por Gómez para discutir la creación de la cátedra, pero que en ningún momento ordenó su formación. En cambio, trasladó la solicitud al vicerrector, quien confirmó que no tenía objeciones siempre que la documentación estuviera en regla. Sin embargo, lo que ha generado controversia es que, según el propio rector, no sabía que Gómez carecía de una titulación superior, ya que asumía que era licenciada, información que, dijo, se enteró «por los medios de comunicación».
Juan Carlos Doadrio, el exvicerrector, también testificó que, aunque no había problemas para la creación de la cátedra, surgieron discrepancias respecto al salario que Gómez quería percibir por la impartición de dos másteres. Gómez había solicitado 15.000 euros por cada máster, pero finalmente, tras consultas, se decidió que recibiría esa cantidad en total. Todo esto ocurrió a pesar de que no se le realizó ningún examen de idoneidad.