El PSOE ha decidido intensificar sus esfuerzos para reconducir las relaciones con Junts per Catalunya. Una delegación del PSOE, liderada por el secretario de Organización, Santos Cerdán, se trasladó a Suiza para mantener un encuentro con Carles Puigdemont. El objetivo es asegurar el apoyo de los siete diputados de Junts en el Congreso, cruciales para el Gobierno de Pedro Sánchez.
Crisis entre PSOE y Junts
Los contactos entre el PSOE y Junts no son nuevos, pero la relación se ha deteriorado en los últimos meses. El momento más reciente de tensión ocurrió el martes pasado, cuando los parlamentarios de Junts cambiaron su voto a última hora, provocando el rechazo de una iniciativa legislativa sobre el control de alquileres impulsada por Sumar, el socio del PSOE en el Gobierno. Esta decisión inesperada fue un duro golpe para el Ejecutivo, que vio cómo sus planes se desmoronaban en pleno hemiciclo, con la imagen de un Pedro Sánchez sorprendido por la derrota.
A pesar de que Pedro Sánchez ha intentado proyectar una imagen de autonomía respecto a sus socios, la realidad es que los votos de los siete diputados de Junts son imprescindibles para la estabilidad del Ejecutivo. El malestar de la formación catalana tiene varias causas, pero destaca especialmente el papel de Puigdemont, quien no ha perdido la ocasión de demostrar su influencia sobre el PSOE en Madrid. Aunque Junts ha sido desplazado del poder en Cataluña tras la llegada de Salvador Illa a la Generalitat, Puigdemont sigue mostrando su capacidad de complicar la gobernabilidad del país.
Reuniones en Suiza
La reunión en Suiza, adelantada por eldiario.es , no es solo un intento por superar las recientes tensiones, sino también una oportunidad para los socialistas de evaluar la disposición de Junts a continuar apoyando al Gobierno. A pesar de que estos contactos parecen más prospectivos que prácticos, Moncloa ha asumido que el próximo otoño será «caliente», debido a la situación política interna de Junts. En octubre, la formación celebrará su congreso, donde se espera que surja un nuevo liderazgo y una hoja de ruta a medio plazo, lo que podría cambiar el escenario político actual.
En este sentido, los socialistas necesitan aclarar si el comportamiento errático de Junts, como el cambio de voto de último minuto, es un reflejo de la coyuntura actual en Cataluña o si representa una actitud de bloqueo que podría mantenerse en el futuro. Hasta que Junts celebre su congreso y establezca nuevas directrices, Puigdemont sigue siendo la figura clave en la toma de decisiones de la formación.
La amenaza de un bloqueo prolongado
El desafío más inmediato para el Gobierno de Sánchez será la próxima semana, cuando se vuelva a llevar al Congreso la votación sobre el techo de gasto. Esta medida es esencial para poder aprobar los presupuestos generales del Estado, que determinan los límites de gasto público y el marco económico para el próximo año. Sin embargo, el pasado mes de julio, Junts ya tumbó esta propuesta, y de nuevo han adelantado su voto negativo en esta ocasión.
A pesar de la negativa de Junts, en el Ministerio de Hacienda están decididos a seguir adelante con la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado, incluso si ello implica mantener el objetivo de déficit vigente. El verdadero momento de tensión llegará cuando se deba aprobar el conjunto de las cuentas públicas. Será entonces cuando el PSOE podrá comprobar si Junts está dispuesto a negociar y hacer política, o si ha decidido instalarse en un bloqueo prolongado que podría poner en peligro la legislatura.