Imagen: Edmundo González I RTVE
El rey Felipe VI se reunió en el Palacio de La Zarzuela con Edmundo González Urrutia, candidato opositor venezolano reconocido por las actas electorales como ganador de las elecciones del pasado 28 de julio. Estas actas, validadas por el Centro Carter y otros organismos internacionales, avalan la victoria de González, quien ha declarado su intención de regresar a Venezuela este viernes para asumir un cargo que considera legítimamente suyo.
El encuentro, celebrado poco después de la llegada de González a España el 8 de septiembre en calidad de exiliado, no figuraba en la agenda oficial del monarca ni ha sido confirmado por la Casa Real. Fuentes consultadas explican que la falta de publicidad responde al carácter privado de la audiencia, reflejo de la cautela que mantiene España en su relación con Venezuela.
Postura de España y Europa ante Maduro
España ha optado por no enviar representación oficial a la toma de posesión de Nicolás Maduro para un nuevo mandato. Ni el embajador en Caracas, Álvaro Albacete, ni otro miembro del Gobierno estarán presentes, en una decisión coordinada con el Grupo de Trabajo para América Latina y el Caribe del Consejo Europeo (Colac). Aunque los acuerdos de este organismo no son vinculantes, ningún país europeo se ha desmarcado del consenso.
A pesar de ello, España, junto a la mayoría de los países europeos salvo Italia, no ha reconocido oficialmente a Edmundo González como presidente electo. Esto contrasta con el apoyo recibido por González en su gira internacional de países como Estados Unidos, Argentina, Uruguay, Panamá y República Dominicana, que sí lo han reconocido como mandatario legítimo.
Diplomacia silenciosa: Sánchez y González
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también sostuvo un encuentro con Edmundo González el pasado 12 de septiembre. La reunión, celebrada en el Palacio de La Moncloa, tampoco fue anunciada en la agenda oficial. Sánchez estuvo acompañado por la hija de González, residente en España, en un encuentro informal que evitó los símbolos y protocolos habituales de visitas oficiales.
Previamente, González había llegado a España en un avión de la Fuerza Aérea española tras refugiarse en la embajada de los Países Bajos y en la residencia del embajador español en Caracas. Su salida de Venezuela fue condicionada a la firma de un documento en el que renunciaba a reclamar su victoria electoral, lo que ha sido interpretado como un gesto de coacción por parte del régimen chavista.
Reconocimiento y respaldo opositor
Durante sus primeras semanas en Madrid, González mantuvo reuniones con figuras políticas como los expresidentes españoles Felipe González, José María Aznar y Mariano Rajoy, así como con los líderes del PP y Vox, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal. Todos ellos le reconocieron como presidente electo de Venezuela. Además, el Parlamento Europeo le otorgó el premio Sájarov junto a María Corina Machado, líder de la oposición venezolana.
Intereses cruzados en la política española
España busca equilibrar la defensa de los derechos humanos en Venezuela con la protección de los 350.000 españoles residentes en el país y los intereses económicos de empresas como Repsol. Fuentes diplomáticas han señalado que las “líneas rojas” incluyen el respeto a los derechos de los opositores y de la población en general. Una escalada represiva, como la detención del yerno de González en los últimos días, podría desencadenar una respuesta firme por parte de la Unión Europea.
González, quien ha recibido asilo político en España, dispone de documentación para desplazarse a terceros países. Sin embargo, su regreso a Venezuela lo expondría al riesgo de ser detenido, ya que dicho estatus no ofrece protección en su país natal.