El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció recientemente su intención de incrementar los impuestos a los grandes patrimonios, con una frase que resonó: «Más transporte público y menos Lamborghini». En la misma línea, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también defendió la necesidad de que los bienes de lujo, como yates o artículos suntuarios, afronten una mayor carga fiscal. Estas declaraciones apuntan a futuras reformas fiscales enfocadas en gravar el consumo y posesión de bienes y servicios de lujo, aunque los detalles concretos aún no se han dado a conocer.
Un crecimiento histórico del patrimonio de lujo
Según datos de la Agencia Tributaria, los declarantes del impuesto sobre el patrimonio informaron en 2022 de tener bienes de lujo por valor de 2.141 millones de euros, un 13% más que el año anterior. Esta cifra representa el mayor volumen registrado en la serie histórica y supone un incremento del 122% respecto a 2013, cuando se declaró un total de 966 millones. Los bienes de lujo incluyen joyas, vehículos, embarcaciones, aeronaves, así como obras de arte y antigüedades, destacando que estos activos siguen en aumento entre las grandes fortunas del país.
El desafío de gravar los bienes suntuarios
Francisco de la Torre, inspector de Hacienda, advirtió que la legislación vigente ofrece poco margen para incrementar los impuestos indirectos sobre estos bienes, ya que productos como yates y vehículos de lujo ya están sujetos a un IVA del 21% y al impuesto de matriculación. Además, considera complicado crear nuevas figuras impositivas sin incurrir en doble tributación. Aunque es posible aumentar el control fiscal, De la Torre señala que gravar estos bienes no generaría un aumento significativo de la recaudación, debido al bajo peso de los bienes suntuarios sobre el total del patrimonio.
Un control insuficiente sobre los bienes de lujo
José María Mollinedo, secretario general de Gestha, denuncia que solo un 13% de los declarantes del impuesto sobre el patrimonio incluyen bienes suntuarios, un porcentaje que considera poco creíble, dado que el tributo exige detallar la posesión de vehículos y otros activos. Mollinedo señala que muchos patrimonios de lujo se ocultan tras sociedades empresariales, lo que evade la tributación, ya que el impuesto sobre el patrimonio solo grava a personas físicas. Para él, mejorar el control fiscal y revisar estas prácticas podría sacar a la luz más bienes de lujo no declarados.
Distribución desigual del lujo en España
Los datos de la Agencia Tributaria revelan que los bienes suntuarios se concentran principalmente en Madrid, que con 967 millones de euros, representa el 45% del total declarado en España. Cataluña y Galicia le siguen, aunque a gran distancia, con un 19% y 13% respectivamente. En el lado opuesto, regiones como La Rioja, Extremadura y Castilla-La Mancha apenas figuran en la estadística. Además, el 10% más acaudalado de los contribuyentes posee el 70% de estos bienes de lujo, consolidando su dominio en el reparto de la riqueza en España.