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Xavier Vendrell, ex consejero de la Generalitat y miembro del Estado Mayor del ‘procés’, lanzó la semana pasada una dura acusación contra Oriol Junqueras, líder de ERC. Vendrell afirmó que Junqueras no estuvo realmente detrás de la organización del referéndum del 1-O, y reveló que, tras la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) y la aplicación del artículo 155, se refugió en el Monasterio de Montserrat. Estas declaraciones desataron una tormenta interna en ERC, donde Junqueras siempre ha reivindicado su papel como arquitecto del referéndum y ha competido con Carles Puigdemont por el liderazgo moral en el independentismo catalán.
La «lista rovirista» aglutina a la vieja guardia de ERC
El terremoto político provocado por las palabras de Vendrell se intensificó con la imagen de apoyo explícito de algunos históricos de ERC a Xavier Godàs, candidato respaldado por Marta Rovira. Entre los nombres que han cerrado filas con Godàs están Joan Puigcercós, Carme Forcadell y Joan Manuel Tresserras, todos figuras clave del partido. Este respaldo ha logrado unificar a sectores enfrentados de la formación, como los partidarios de Puigcercós y Carod-Rovira, para bloquear un posible regreso de Junqueras al control de ERC.
Rovira se despide con duras críticas a Junqueras
Marta Rovira, aún secretaria general de ERC, protagonizó ayer un acto en la sede del partido para hacer balance de sus 13 años de liderazgo, despedirse y marcar distancias con Junqueras. En su discurso, cargó contra las acusaciones lanzadas desde el entorno del ex presidente de ERC, negando rumores como la existencia de una «estructura B» bajo su control. Rovira también pidió a Junqueras que renuncie a volver a presidir el partido y lo acusó de querer «alimentar la desconfianza» dentro de la formación con fines internos.
Rovira lanzó duras críticas a Junqueras y Puigdemont por su gestión del 1-O, afirmando que, tras el referéndum, no supieron qué hacer. «¿De verdad alguien cree que quienes teníamos responsabilidad en 2017 podemos arreglar esto?«, cuestionó, justificando su retirada y criticando la deriva del independentismo en los últimos años.
Un partido fracturado en vísperas del congreso
El congreso de ERC, previsto para el 30 de noviembre, será clave para definir el futuro liderazgo del partido. Junqueras necesita más del 50% de los votos de las bases para recuperar la presidencia, un desafío complicado dada la fractura interna y la existencia de tres candidaturas rivales. La lista de Godàs ha sumado apoyos importantes, como el de Josep Maria Jové, mano derecha de Junqueras durante el 1-O, y clave en las negociaciones con el Gobierno de Pedro Sánchez. Este respaldo supone un duro golpe para Junqueras, que ha intentado movilizar a las bases en los últimos meses con una serie de actos por todo el territorio catalán.
Si Junqueras no logra superar el 50% de los apoyos, se abriría la puerta a una segunda vuelta en la que las candidaturas rivales podrían unirse para derrotarlo. En este escenario, Joan Ridao, ex secretario general de ERC y aliado de Rovira, podría emerger como una figura de consenso dentro del partido. La pugna por el control de ERC promete ser intensa, con un partido dividido y en plena guerra interna.