El mercado laboral español atraviesa una tormenta silenciosa, pero devastadora: tres de cada cuatro empresas tienen dificultades para cubrir vacantes. Así lo señala el informe Desajuste de Talento 2025 elaborado por ManpowerGroup, que alerta de una situación que, aunque muestra una leve mejora respecto a años anteriores, sigue siendo alarmante.
En 2022 y 2023 el problema alcanzó su máximo histórico (80%), y aunque en 2024 bajó al 78% y en 2025 al 75%, la cifra actual multiplica por cinco el dato registrado hace apenas una década, cuando el desajuste apenas era del 14%. Francisco Ribeiro, CEO de ManpowerGroup España, lo resume con claridad: “El desafío sigue siendo significativo y afecta tanto a la productividad de las empresas como a la competitividad del país”.
Este desajuste no solo evidencia una desconexión entre la oferta educativa y las necesidades del mercado, sino que, en un país con alto desempleo como España, representa una paradoja peligrosa: hay gente sin trabajo, pero no hay trabajadores cualificados para los puestos que se ofrecen.
Sectores e industrias más afectados
El impacto de esta brecha varía según el sector. Transporte, logística y automoción lideran el ranking de dificultades, con un 84% de empresas incapaces de cubrir sus puestos. Le siguen energía y suministros (80%) y tecnología (78%), este último fuertemente influido por la demanda creciente de perfiles digitales.
La situación también es crítica en bienes y servicios de consumo (77%) e industria (75%), y aunque sectores como publicidad, salud y farmacia presentan cifras algo menores (entre el 70% y 71%), el problema es generalizado.
A nivel territorial, las zonas Noreste y Noroeste del país reportan los mayores desajustes (78%), mientras que el Norte y Levante presentan las cifras más bajas (72%), aunque lejos de ser tranquilizadoras.
Uno de los datos más relevantes del estudio es el que se refiere al tamaño de las empresas. Mientras que las grandes compañías (más de 250 empleados) y las microempresas (menos de 10) logran mantener la situación ligeramente por debajo de la media, las empresas medianas (entre 10 y 249 empleados) son las que más sufren: hasta el 80% de ellas reporta dificultades para encontrar al candidato adecuado.
Estas compañías, muchas veces sin los recursos de las grandes para ofrecer condiciones competitivas, quedan atrapadas entre la falta de talento y la fuga de profesionales hacia empresas más consolidadas o hacia el extranjero.
Ante este panorama, las empresas comienzan a adaptarse. Según el informe, el 21% apuesta por la mejora de habilidades y el reciclaje profesional de sus equipos, mientras que otro 21% ha optado por flexibilizar los horarios. Además, un 20% impulsa el teletrabajo o modelos híbridos como herramienta para atraer y retener talento.
“La combinación de flexibilidad y desarrollo profesional se está convirtiendo en un factor diferenciador para atraer a los mejores perfiles”, apunta Ribeiro.
Fuga de cerebros y escasez directiva
Este problema también afecta al ámbito directivo. Según Synergie, el 40% de las empresas españolas busca fuera del país a sus altos cargos, principalmente por la jubilación de la generación boomer y la fuga de talentos durante la pandemia.
Los sectores más afectados son el tecnológico, farmacéutico, médico y financiero, donde los perfiles altamente cualificados no solo escasean, sino que muchas veces no están dispuestos a permanecer en entornos laborales poco estimulantes o con escasas oportunidades de desarrollo.
En 2022, 400.000 personas con estudios superiores abandonaron España, una fuga de cerebros valorada en casi 155.000 millones de euros. Y si esto no se revierte, las empresas pagarán un alto precio por no haber retenido a su capital humano: hasta cinco años de salario por cada contratación fallida, según los expertos.
España ocupa el puesto 29 en talento global y el 20 entre los países europeos, según OBS Business School. Para revertir esta tendencia, se necesita una estrategia coordinada que implique a universidades, administración pública y empresas, además de fomentar políticas activas de empleo, desarrollo profesional, formación continua e inversión en tecnología.